Una Compañía de triple impacto y en busca de mayor “Cultura Afianzadora”

En un escenario económico y social de alta complejidad, Afianzadora continuará con su plan estratégico quinquenal 2021-2025, basados en una compañía de triple impacto con foco en la tecnología colaborativa, con fuerte incidencia en lo académico, en busca de mayor «Cultura Afianzadora» y que sigue robusteciendo su solvencia ejercicio tras ejercicio. Al mismo tiempo, se encuentra atenta a las oportunidades que está generando la desregulación en lo que respecta a nuevos productos, y
redirigiendo los esfuerzos técnicos y comerciales a las áreas vinculadas a la inversión privada y el crédito.

Mariano Nimo, Gerente General de Afianzadora, reflexiona sobre los temas de actualidad del Seguro de Caución y el presente de la Compañía.

– ¿Cómo analizas el escenario económico, social y político del país en estos primeros meses de una nueva administración y cómo proyectas el desarrollo de la industria aseguradora en él?
– Nos encontramos frente a un escenario de alta complejidad, donde las imperiosas necesidades macroeconómicas para evitar una hiperinflación están implicando un ajuste sin precedentes en la historia moderna argentina que pega de lleno, principalmente, en el heterogéneo y amplio abanico de la clase media. La nueva administración, con poca sensibilidad social, enfoca sus esfuerzos en comenzar a normalizar el desbarajuste fiscal y monetario, exacerbado a fines del año pasado como consecuencia de las inminentes elecciones presidenciales.
Un nuevo paradigma atraviesa a la sociedad argentina, donde la paciencia social parece extenderse, esperanzada en un futuro mejor que aún lejos está de percibirse en el ciudadano de a pie. La industria aseguradora no es ajena a este recesivo contexto, debiendo reorientar sus energías para involucrarse en un mercado con menores regulaciones, mayores posibilidades de negocios, nuevas formas de competencia y exigentes perfiles de consumidores. La imprescindible estabilidad económica necesaria para nuestra industria parece encaminarse, aunque aún la transición recesiva sigue siendo protagonista de un mercado interno ralentizado, que vive una actualidad compleja pero que ve un cambio de tendencia económica recién para la última parte del 2024.

– ¿Cuál es tu opinión acerca de las adquisiciones y fusiones que comienzan a verse en el mercado, y del concepto de «desregulación»? ¿Cuál es tu mirada sobre la solvencia del mercado?
– El mercado actual es el resultante de una cantidad de oferta muy por encima de las reales posibilidades de su tamaño. Las bajas barreras de ingreso, entre otras cuestiones, han posibilitado un mercado con sobreoferta de aseguradoras, que empiezan a buscar en las fusiones y adquisiciones un volumen de negocios más atractivo para remunerar mejor el capital alocado. El valor de los activos es otra cuestión, donde las perspectivas positivas del país en el mediano plazo hacen del activo argentino (valor de empresas aseguradoras) una oportunidad atractiva por su bajo costo de adquisición. Creemos que es un proceso que va a continuar en la industria aseguradora argentina que, impulsados por la desregulación, dará mayor libertad de acción que antes para generar productos o alternativas de negocios. Con respecto a la solvencia, sin dudas, se requerirá una mirada más profesional sobre los resultados técnicos de las aseguradoras, que pasan a ser determinantes dado el escenario de tasas negativas que llegaron para quedarse.

– Como experto en Seguros de Caución, ¿cuál es la realidad de este negocio y cómo ves a Afianzadora en términos de desafíos y oportunidades, y adaptación a este nuevo escenario?
– El negocio empieza a virar hacia el espectro privado, donde el inexistente crédito privado comienza a tomar posiciones en una economía, muy acostumbrado al paternalismo estatal. Un negocio en general que sufre el contexto recesivo en sus principales bastiones, pero que, al mismo tiempo, descansa en otras actividades que están empujando la demanda como la minería, el petróleo, el gas y el sector agroindustrial, que desentonan en la situación general contractiva.
Afianzadora continuará con su plan estratégico quinquenal 2021-2025, basados en una compañía de triple impacto con foco en la tecnología colaborativa, con fuerte incidencia en lo académico, en busca de mayor «Cultura Afianzadora» y que sigue robusteciendo su solvencia ejercicio tras ejercicio. Al mismo tiempo, nos encontramos atentos a las oportunidades que está generando la desregulación en lo que respecta a los nuevos productos, redirigiendo los esfuerzos técnicos y comerciales a las áreas vinculadas a la inversión privada y el crédito.
El escenario actual requiere la pronta adaptación de un negocio que empieza a prescindir del Estado como palanca financiera. La actualidad es preocupante, pero un horizonte optimista se asoma para dar más lugar al noble producto del seguro de caución en intereses asegurables hoy huérfanos de protección.

– ¿Cómo afecta la reducción o paralización de la obra pública -y suministros públicos- al mercado de Caución y a Afianzadora en particular? ¿Qué medidas ha tomado Afianzadora para morigerar el impacto?
– El efecto ha sido inmediato en los negocios nuevos, con una retracción de la Obra Pública de más del 30% en el primer cuatrimestre de 2024, en directa sintonía a las promesas electorales del actual presidente. Los despachos de cemento arrojaron una caída del 70% en el último marzo, marcando una tendencia en insumos de la construcción (hierros, yeso, etc.) que, en promedio, retrocedieron un 40% en lo que va del año. El impacto directo se tradujo en un 25% menos de cantidad de operaciones versus el mismo cuatrimestre de 2023 en nuestra aseguradora. Esta caída fue amortiguada, principalmente, con riesgos aduaneros que corrigieron precios en un 120% al mismo momento de la corrección cambiaria; algo de obra privada vinculada a productos de escenarios inflacionarios (anticipos financieros) y el hoy atractivo retail relacionado a los seguros de caución de alquiler. Asimismo, nuestro departamento de legales ha desarrollado una sección boutique de Garantías Judiciales, que viene tomando mayor relevancia en facturación mes a mes. A pesar de todos estos esfuerzos, el componente y potencia de las tradicionales garantías de obra pública no pudieron ser reemplazadas en su totalidad por el avance de los otros productos.

Mariano Nimo, Gerente General de Afianzadora, junto a Delia Rimada, Directora de Informe Operadores de Mercado.

– ¿En qué líneas del negocio de Caución está poniendo el foco Afianzadora para crecer y ser una de las líderes del mercado? ¿Cuál es la actualidad de las Garantías Judiciales?
– Las líneas principales estarán vinculadas a la economía que impulsará el Ejecutivo, retrayendo al Estado como principal inversor y generando las condiciones para que el privado tome protagonismo de la mano del crédito privado. Los proyectos mixtos (Estado-privado) es una posibilidad cierta de negocio, donde creemos se volverá a exigir al tomador la obtención del financiamiento, quedando el Estado como responsable de repagar la inversión en el tiempo. El comercio exterior es otra exponencial posibilidad, donde los niveles de intercambio argentino son realmente bajos con relación al tamaño de su economía, y que una sensible mejora en este segmento puede hacer disparar tanto la expo como la impo, alimentando un segmento que hoy es dueño del 20% de la facturación del nicho caucionero.
La inversión en selectos sectores como el minero ya es una realidad, con niveles aún muy bajos de influencia en la cartera en general, pero que claramente empiezan a tomar parte de la parcela de la retracción del Estado nacional.
Las garantías judiciales han tenido un recorrido lento pero constante en el mercado argentino en los últimos años. Muchos juzgados y magistrados empiezan a aceptar el producto en los procesos judiciales, agregando un nuevo deudor a las potenciales consecuencias de un juicio, deuda impositiva u otros motivos. A pesar de que hoy estaría aportando menos del 10% de las primas del nicho, entendemos que es un producto con alta elasticidad de crecimiento en el futuro cercano.

– ¿Cómo es la organización interna de Afianzadora y cómo funcionan las «células» de trabajo? ¿Cuáles son los beneficios de este modelo?
– Afianzadora eligió hace algo más de 10 años transitar el camino hacia un sistema holocrático, carente de jerarquías y con fuerte sesgo en la transversalidad como método de decisión. Este inicio fue un poco traumático, principalmente por la readaptación de nuestros colaboradores sobre un modelo que requería otras competencias de ellos. Hoy podemos decir que Afianzadora se organiza de manera horizontal, que las decisiones son colegiadas y que el carácter multidisciplinario de las células nos permite darle al PAS/Broker buenas decisiones en los mejores tiempos posibles. Un modelo de cara al cliente, con una orientación de respuesta 360° y con una visión diversa que permite una calidad de respuesta a la altura del cada vez más exigente canal de intermediación. La tecnología colaborativa es otro imprescindible, donde nuestras herramientas de análisis son compartidas con el PAS para una más eficiente administración de cartera en conjunto.

– Resaltando la importancia de la Escuela de Caución para la Compañía, ¿por qué es considerada como una capacitación imprescindible y única? ¿Cuál es su programa para este 2024?
– Sin duda, la Escuela de Caución es una marca registrada de Afianzadora Latinoamericana. Se trata de una instancia académica abierta, gratuita y vivencial donde invitamos a todos los interlocutores de nuestro negocio a que se capaciten con nosotros. Contamos con 4 (cuatro) módulos imperdibles, donde se transita la realidad de un negocio que tiene aún mucho para dar en la cadena de valor de la PyME Argentina. Más de 20.000 participantes ya pasaron por esta institución, tanto en la modalidad virtual como presencial, apostando a un nuevo año con la base de siempre, y desarrollando las novedades de lo que viene en el apasionante mundo de las fianzas. Ya son casi 15 años de docencia, donde seguimos cultivando la «Cultura Afianzadora» en cada rincón del país, transmitiendo las bondades de un producto que todavía está ausente en la cadena de valor de las transacciones privadas.

–  ¿Cómo analizas las políticas implementadas en estos primeros meses por la nueva Superintendencia de Seguros de la Nación y qué expectativas tenés respecto a su gestión?
– La SSN viene trabajando en línea con las definiciones del Ejecutivo, apuntando a una desregulación general de la actividad, lo cual siempre es bienvenido. Simplificación de trámites y burocracia, marcos normativos estables y un organismo de puertas abiertas nos permite ilusionarnos con un supervisor que construya un mercado solvente, en pleno beneficio del asegurado en sus distintas formas.
Somos muy optimistas con los primeros pasos que el ente regulador ha dado en este escenario.

– ¿Cuál es la situación actual en materia de Reaseguros y del pago de los contratos al exterior?
– Afortunadamente, la apremiante situación de no pago de reaseguro que se sufrió en el 2023 se viene normalizando, con instrumentos disponibles que han permitido resolver los saldos adeudados. Una mancha a la industria aseguradora argentina que, producto de cuestiones ajenas a su actividad, perdió credibilidad en el imprescindible mundo del reaseguro internacional. A pesar de seguir cierta restricción con respecto a los giros de las divisas al exterior, entendemos que se ha superado este traspié del mercado argentino, iniciándose una etapa de normalización sobre la materia.

– ¿Como viene Afianzadora en la colocación de sus contratos de reaseguro?
– La normalización de los flujos de pago al exterior, una siniestralidad bajo control y una larga trayectoria de correcto cumplimiento de los compromisos asumidos nos hace inferir que tendremos apoyo suficiente para colocar nuestros programas en el ejercicio 2024-2025. El objetivo será no resignar calidad de «security» y mantener una de las capacidades más potentes del mercado afianzador argentino. Casualmente, acabamos de volver de Miami y Bogotá con motivo de los encuentros con el mundo del reaseguro, y la recepción ha sido muy positiva en términos generales; todos ellos dispuestos, al menos, a mantener sus participaciones.