Soluciones y herramientas innovadoras para proteger carteras, capital y activos
Como corredor de reaseguros especializado en contratos y riesgos complejos exclusivamente para Latinoamérica, la oportunidad de Special Division es ofrecer al cliente las herramientas más eficientes para proteger su cartera y capital en épocas de inestabilidad macroeconómica, siendo básicamente un fuerte pilar de su solvencia. El broker cuenta con profesionales multidisciplinarios para dotar a las cedentes de soluciones y productos innovadores que le brinden a sus clientes alternativas de coberturas creativas para proteger sus activos y vidas. Su Chairman, Guillermo Pastore, traza las implicancias de un mundo en guerra para el seguro y el reaseguro, y también reflexiona sobre el escenario económico argentino.
Escribe Lic. Guillermo Pastore, Chairman de Special Division Reinsurance Brokers
Mundo en Guerra
Luego de dos años de una aberrante y mal conducida pandemia -que destrozó vidas y aletargó enormemente la economía- si al mundo le faltaba algo más, aparte de considerables catástrofes climáticas, era la esperable y lamentable guerra entre las potencias militares más importantes del mundo midiendo su poderío en suelo ucraniano.
Esta desafortunada guerra que involucra a todo el mundo tiene un correlato de puja por la distribución geopolítica de las naciones. Es innegable que un país democrático tiene el derecho a autodeterminarse y a elegir su forma de vida y aliados. El tema es que cuando su historia lo define como parte de una unidad geopolítica que integró no hace tanto tiempo, un porcentaje armado neonazi aceptado, y cuenta como principal vecino a un dictador con enorme arsenal nuclear, las alternativas se limitan.
Todos entendemos que la masacre desatada contra un pueblo libre es inaceptable, pero Rusia anticipó que cualquier acercamiento de occidente que refleje futuras fronteras con capacidades bélicas contra su país sería un conflicto que los impulsaría a tomar las armas.
La guerra en armas.
La diferencia entre ambos ejércitos es enorme. Si bien algunos analistas ponderan la importante resistencia ucraniana, que ha demostrado un relevante poder de fuego y cohesión, y han atribuido a las fuerzas rusas torpezas y lentitud en su avance, no existe duda alguna que Putin concretará su objetivo de doblegar a su vecino. La invasión no habrá sido quirúrgica. Donde sus objetivos serían estratégicos y militares, finalmente arrasan enorme cantidad de vidas e infraestructura en impensados plazos.
La guerra política y mediática.
Sin dudas, la mayoría del mundo empatiza con la causa ucraniana y, aparte de recibir millones de refugiados que con lo puesto escapan del horror, condenan la barbarie imperialista que a fuerza de destrucción impone su voluntad, siendo ya más de 4 millones de personas exiliadas en países vecinos, donde más de la mitad se alberga en suelo polaco.
Rusia quedará aislada del mundo, y sus acciones -salvo en melancólicos de la U.R.S.S- generarán en la gente común un peligroso frente interno para Putin, encontrándose sitiado entre el mundo y su propio pueblo desilusionado y empobrecido por una guerra que debió evitarse.
La guerra en lo económico.
Rusia cuenta con gran cantidad de ojivas nucleares, casi 6000, pero en lo económico es una nación casi 20 veces más pequeña que Estados Unidos y China. Las sanciones económicas impuestas por occidente generan un empobrecimiento generalizado de su población, devaluación del rublo, inflación, desempleo, desabastecimiento, agregándole el importante costo de la invasión y la logística de ocupación.
La guerra en el seguro y reaseguro.
Los grandes proveedores de capacidad del mundo occidental le han retirado su apoyo a esta Nación. Estados Unidos y el Mercado de Londres han cesado de darles cobertura. Otras muchas empresas de seguros, reaseguros y brokers han partido de su territorio o suspendido la operatoria. Sin dudas, el reacomodamiento de capacidades de seguro y reaseguro, sumados a problemas que una guerra trae en las decisiones de inversión, logística, aprovisionamiento, ataques cibernéticos, etc., trae aparejadas modificaciones en las consideraciones de riesgos y, por ende, en las coberturas y sus precios.
El Lloyd’s ha dicho que cree que el conflicto en curso en Ucrania será el reclamo más importante para el mercado en 2022, el cual se estima superará los U$ 30 billones. En la actualidad, un problema prioritario para las aseguradoras son los más de 500 aviones occidentales varados que Rusia ha decidido nacionalizar, lo que los analistas creen que podría constituir una pérdida histórica para el mercado de la aviación, siendo el Mercado de Londres el más expuesto a este riesgo.
La guerra también afectará a las aseguradoras y reaseguradoras europeas a través de la volatilidad del mercado financiero de segundo orden, en lugar de los efectos directos de las sanciones a las entidades rusas y otras medidas que restringen sus empresas.
Oportunidades y desafíos de Special Division
Como corredor de reaseguros especializado en contratos y riesgos complejos exclusivamente para Latinoamérica, la oportunidad de Special Division es ofrecer al cliente las herramientas más eficientes para proteger su cartera y capital en épocas de inestabilidad macroeconómica, básicamente ser un fuerte pilar de su solvencia. Es dotar a las cedentes de productos innovadores que le brinden a sus clientes alternativas de coberturas creativas para proteger sus activos y vidas.
En relación a la creación de productos, nuestro mercado no ha sido muy prolífico. Es menester profundizar en coberturas paramétricas, en aquellas que midan el grado de utilización de los bienes, crecer en salud, adicionar amparos a fenómenos naturales, etc. Lógicamente, lo anterior requiere inversión y crecimiento, estando siempre condicionado por el devenir de la economía.
Con respecto al reaseguro, se ha comprobado que hace décadas -con el monopolio estatal del INdeR eliminado- el negocio prosperó y se hizo eficiente. Luego, en el 2011, con la nacionalización del reaseguro se comprobó que solo se consiguió entorpecer y encarecer un sistema que funcionaba a la perfección.
Actualmente, existe la obligatoriedad de pagar un peaje del 25% de cesión a entidades locales, cuyos resultados técnicos de este primer trimestre fueron deficitarios. No entendemos por qué no se libera la posibilidad de elegir libremente la solvencia que el mundo ofrece, en pos de entidades domésticas que, si deciden existir, compitan sin necesidad de una cuota compulsiva del mercado.
En materia de productos, debemos sacar ventaja de experiencias exitosas de otras latitudes, aggiornándolas a nuestra idiosincrasia. Desde el reaseguro desestructurado, pasando por las coberturas de índice o aquellas que protejan el real capital de trabajo y el balance de las entidades aseguradoras.
Special Division se encuentra operando con Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay, Uruguay, y contamos con licencia en Chile para comenzar a operar en nichos y alguna excepción en Caribe a pedido de algún cliente. Dada la diversidad de territorios, hay muchos productos que aunque pertenezcan a una misma especialidad difieren enormente en el tipo de cobertura que ostentan.
Contexto económico en Argentina
Obviamente, una economía al borde de la hiperinflación y con una brecha entre el dólar oficial y el CCL no puede funcionar adecuadamente ni crecer, dado que es imposible planificar y, por ende, invertir.
Los pilares para restablecer la confianza serían, a nuestro entender, con un esbozo de plan de estabilización:
• La necesaria reforma laboral, que permitirá contratar más personal sin contingencias para el empleador; incluir actuales empleados informales al aporte, lo cual además de reducir el desempleo permite un ingreso adicional por nuevos contribuyentes al sistema de jubilaciones y pensiones, reduciendo uno de los mayores gastos del Estado.
• Reforma impositiva, reducción drástica de la cantidad de impuestos. En Argentina existen alrededor de 165 tributos donde 12 de ellos recaudan el 91% del total, siendo el IVA el que más acumula, significando el 7% del PBI. Comenzando con el «impuesto al desvalor agregado», con una alícuota enorme que más castiga al pobre, pasando por absurdas contribuciones como la del patrimonio, que se constituyó pagando en primera instancia ganancias que generaron los activos, los cuales vuelven a ser afectados.
• Reforma Previsional. Afortunadamente, cada vez se vive más y la relación entre activos y pasivos es cada vez menos sostenible, por ende, debería modificarse la edad jubilatoria, arbitrar por un sistema mixto donde exista participación privada con la creación de Administradoras de Fondos de Pensión, las cuales son una fuente de gran inversión en el país, pero con los controles adecuados -que cuando existieron se soslayaron-.
• Es imprescindible la autarquía del Banco Central para que cumpla su única función de prestamista de última instancia, y no la de «empapelador serial de billetes» que pierden su valor por falta de contrapartida en bienes y servicios y falta de demanda.
• Moneda. Es muy claro que el argentino eligió su moneda y es el dólar. Esto puede, sin inconvenientes, propender a la adopción del bimonetarismo, donde la divisa estadounidense sea aceptada como medio de pago legal. Hoy en nuestro país existe más de un PBI en manos de sus habitantes, guardados en lugares inverosímiles. Si se les permitiese circular libremente, aumentarían su oferta, y su precio relativo en relación a otros bienes y servicios se equilibraría. Es obvio que debería existir un único tipo de cambio y no decenas que solo generan confusión y corrupción.
• Reforma política. Es imperiosa una reforma política que limite el gasto de quienes elegimos para representarnos. Un estudio efectuado por el economista Cachanosky informa que: «La Cámara de Diputados argentina tiene un presupuesto de 150 millones de euros, que significa que cada diputado cuesta 49 mil euros mensuales, mientras que en España, que tiene la misma población, la Cámara baja española tiene un presupuesto de 91 millones de euros. Es decir, en Argentina cada diputado cuesta dos veces más en euros que en España. En Senadores, el Presupuesto es de 148 millones de euros, dando un costo por cada legislador de 171 mil euros mensuales contra 17.500 euros que cuesta un senador en España, es decir 10 veces más caro».
Existen integrantes de las cámaras que directamente ignoran la cantidad de asesores pagos con los que cuentan y, lógicamente, ni noción respecto en qué trabajan -o deberían-.
• Planes sociales y subsidios. Es necesario reducir el plazo de los planes sociales, debiendo los mismos contar con una contrapartida en trabajo efectivo, donde el que los otorgue sea un funcionario con contacto estrecho, como el intendente de un distrito, y no un intermediario político que los utilizan solo para cortar calles.
Tanto Estados Unidos como la Unión Europea están pagando el costo de emitir sin contrapartida y el otorgamiento de subsidios a la población, en estos casos excepcionalmente por la pandemia, pero debiendo asumir una inflación desconocida para ellos, que los obligará a tomar drásticas medidas de corrección. El mensaje es claro, nada es gratis y, en algún momento, se deben pagar los excesos, aún los más desarrollados.
Es obvio que los subsidios deben reducirse porque los terminan pagando vía inflación los que menos tienen. Por ejemplo, no es entendible que el déficit de una línea aérea de bandera para que viajen los que más tienen, que son los que vuelan, sea en detrimento de los que más contribuyen vía inflación y que solo vieron algún avión en el cielo. El que menos tiene es el que más paga porque su propensión a consumir es 100%, y lo que consume aumenta sostenidamente por la financiación del déficit vía emisión, y endeudamiento externo o interno, que en ambos casos hay que pagar. El que más tiene y viaja en avión cuenta con una propensión a consumir en relación a su ingreso mucho menor, por ende es el que más se beneficia con una política nacionalista y que limita la competencia. Ejemplos como éstos hay muchos y los subsidios a las tarifas de energía y al transporte tampoco son una excepción.
¿Cuál es el motivo que la «opulenta» Ciudad de Buenos Aires pague uno de los transportes urbanos más baratos del país? ¿Por qué el precio del transporte es fijado a nivel nacional y no localmente? ¿Cómo en pocos años pasamos de ser exportadores de energía a ser importadores de la misma, inclusive generando faltantes de gasoil para quienes levantan las cosechas de quienes más divisas aportan al país?
Las respuestas a las preguntas son: ideologización ineficiente en la solución de proyectos, intereses sectoriales y manejos políticos. Todas respuestas alejadas de las necesidades básicas de los ciudadanos.
Seguro y Reaseguro local
Argentina, tan aislada, pequeña y con insignificante cesión, no verá afectada su realidad en reaseguros en cuanto a otorgamiento y/o modificación de coberturas y precios. Eventualmente, en el reaseguro marítimo y aéreo vea alteraciones y en la poco desarrollada cobertura de cyber. En lo económico, deberá balancear entre el mayor ingreso por la exportación de alimentos y el aumento del precio por la importación de energía.
En la reciente y más importante renovación contractual que afronta nuestro país, no existieron demasiados inconvenientes para colocar los excedentes de retención de las aseguradoras, observándose pequeños aumentos segmentados y tratamientos diferenciales según las siniestralidades de las carteras.
El seguro y el reaseguro dependen del desarrollo económico. Luego del esperable acuerdo con el FMI, pese a las internas entre el oficialismo y oposición, hemos comprado tiempo, sin efectuar ninguna reforma estructural, lo que aparejará más de lo mismo. El acuerdo de «agonías extendidas», solo permite no caer en default, con las connotaciones que hubiese generado para privados aislar aún más al país. El organismo aprobó el programa de u$s45.000 millones con la Argentina para el pago de la deuda, desembolsando u$s9.650, permitiendo correr el pago de dos próximos vencimientos y evitando el default. La inflación y devaluación superarán lo manifestado en un papel que ni propios ni el Fondo creen sucederá, lo mismo que el crecimiento será menor al establecido. Oficialismo y oposición han decidido no acordar políticas de Estado que modifiquen la pobreza.