En vista de los balances a diciembre 2021 de las aseguradoras, publicados por la SSN, invitamos a Juan Bettinelli, Socio de Russell Bedford Argentina; Nicolás Casarino, Socio de PwC Argentina; Gustavo Trías, Director Ejecutivo de la AACS; Eliana Gómez Barreca, Analista de Moody´s Local Argentina; y a Julián García, Director Ejecutivo de ADIRA, para conocer su perspectiva sobre la crítica situación del mercado que se desprende de las cifras citadas.
Escribe Lic. Aníbal Cejas
Juan Bettinelli, Socio de Russell Bedford Argentina; Gustavo Trías, Director Ejecutivo de la AACS; Eliana Gómez Barreca, Analista de Moody´s Local Argentina.
Recientemente, la SSN publicó los balances actualizados al 31/12/21. En vistas de lo allí expuesto, consultamos a los especialistas sobre la situación actual del mercado asegurador argentino.
«Los resultados del mercado asegurador argentino por el período de 6 meses finalizado el 31 de diciembre de 2021 arrojaron una pérdida de ($14.441) millones», expuso Juan Bettinelli, Socio de Russell Bedford Argentina, «lo cual muestra un profundo deterioro respecto de los resultados registrados en el mismo período del año anterior (31/1/2020), cuando alcanzaron una ganancia de $ 43.022 millones. Dichos resultados se dan en un contexto de fuerte presión inflacionaria, donde los costos siniestrales crecen a un ritmo superior al de la producción».
Gustavo Trías, Director Ejecutivo de la AACS, amplió esta mirada, analizando el contexto económico del país: «Estamos en un cuarto año con inflación muy elevada, la cual seguramente estará cercana al 60%. Por otro lado, el crecimiento del último año estuvo en 10% del PBI y este año estará entre 3% y 4%. Esto último es positivo para nuestro sector, aunque todavía no se ve plasmado en ciertas actividades económicas, como la automotriz, importante para el desarrollo de la venta de seguros. Las ventas de vehículos 0km de los últimos tres años están por debajo de los 460.000 vehículos, cuando el promedio de los cinco años previos fue de 750.000 ventas promedio por año. Esto impacta directamente en la evolución y el desarrollo del sector.
Dentro del ramo Automóviles, este estancamiento ha generado una guerra de precios bastante riesgosa, ya que pareciera que los players del mercado no se resignan a perder cartera, por lo que deben buscar sólo en la competencia. Con esta puja, las tarifas se ajustan a la baja, cuando tenemos frecuencias que han retornado a la normalidad, y la inflación de piezas y repuestos es muy superior al IPC y al incremento de los precios de los 0km, muchas veces motivado por la baja de las importaciones en esta materia.
Otra de las problemáticas que se viene manifestando tiene que ver con el rendimiento negativo de las inversiones. Los balances de diciembre de 2021 arrojaron un resultado de Inversiones de 1,5% negativo sobre las primas ganadas, mientras que en el mismo período del año anterior fue 14,7% positivo.
La siniestralidad se ha recuperado y ha alcanzado los niveles prepandemia; al cierre de diciembre alcanzó 58,8% contra 51,7% del año anterior.
La combinación de ambos resultados ha generado que el mercado cierre diciembre 2021 con pérdidas de $ 14.500 Millones, resultado que no se veía desde hace muchos años.
En este momento, nos encontramos con desafíos muy importantes como mercado asegurador. Debemos cuidar fuertemente el resultado de las aseguradoras para no continuar con pérdidas que sólo llevarán a derruir la solvencia de los jugadores que se encuentren con mayores complicaciones».
Trías sugirió trabajar en la eficientización del gasto, avanzar en trabajos colaborativos, desarrollar y comercializar los productos bajo bases técnicas, tener herramientas que permitan innovar y facilitar la mercantilización de productos, atendiendo a los cambios. «Todos ellos son desafíos que tenemos que afrontar para tener un mercado más solvente y que compita en igualdad de condiciones», concluyó.
En consonancia con esto, Eliana Gómez Barreca, Analista de Moody´s Local Argentina, indicó: «Uno de los principales desafíos de la industria para 2022 es lograr un crecimiento por encima de la inflación, en un contexto de alta competencia que limita a las compañías a trasladar los costos crecientes en su estructura de gastos a sus tarifas. Al cierre del primer semestre del ejercicio fiscal 2021/2022, se observó un crecimiento en las primas brutas del mercado de tan sólo el 0,5% en términos reales con respecto al mismo período del año anterior. Además, si a esa imposibilidad de trasladar el aumento de gastos a precios, le sumamos los bajos rendimientos financieros, obtenemos como resultado una disminución en el retorno sobre el capital de la industria, que presenta una tendencia a la baja en los últimos trimestres y que al cierre de diciembre de 2021 tomó un valor anualizado de 5% negativo».
Julián García, Director Ejecutivo de ADIRA; Nicolás Casarino, Socio de PwC Argentina.
Julián García, Director Ejecutivo de ADIRA, presentó una situación similar, afirmando que los resultados negativos que muestran los balances tienen como consecuencia un replanteo de la gestión dentro de las propias compañías. «Se evidencia un problema serio sobre las tarifas, o sea las primas, y a su vez hay que enfrentar los costos crecientes de los siniestros. Los valores de repuestos automotores o daños son cada vez mayores y los fallos judiciales imponen montos realmente excesivos, no acordes a la realidad económica del daño a indemnizar. Actualmente, la siniestralidad está en niveles iguales o superiores a la etapa prepandemia».
La ronda finalizó con Nicolás Casarino, Socio de PwC Argentina, quien afirmó que, a pesar de todo, «el mercado argentino ha logrado sostener los niveles del negocio en cuanto a facturación, con un aumento nominal de la producción del 51,5% en comparación con el mismo período del año anterior, totalizando un volumen de $662,4 mil millones en el semestre julio-diciembre 2021. Considerando el nivel de inflación general de 50,9% durante el año 2021, podemos decir que el mercado superó la presión inflacionaria sobre los ingresos, sin llegar a tener un crecimiento significativo en términos reales que destacar».
Y sumó: «La presión inflacionaria sí se hace sentir sobre la siniestralidad que, al 31 de diciembre de 2021, se ubica en 54,9%, ratio que desmejora respecto del último cierre anual a junio 2021 el cual marcaba 45,3%. Los siniestros liquidados durante el mismo período de julio-diciembre 2021 superaron ampliamente el nivel del segundo semestre del 2020, creciendo en más de un 97% en términos nominales».
Seguidamente, añadió: «Vale tener en cuenta que la economía argentina evidenció un crecimiento interanual del 8,6% al cierre del último trimestre del 2021, siendo el cuarto trimestre de variación positiva luego de seis períodos de caídas consecutivas. Por su parte, en el desempeño trimestral, es decir respecto al período julio-septiembre de 2021, el PBI desestacionalizado se expandió un 1,5%. Durante el año 2021, la economía avanzó 10,3% respecto del año 2020.
En este contexto de rebote pospandemia de la economía local, es esperable observar un acompañamiento del mercado de seguros en términos de primas emitidas, aunque el riesgo inflacionario continuará afectando los resultados técnicos y financieros de las entidades».
Inflación
Casarino y García volvieron sobre el impacto de la inflación en los números de las aseguradoras.
«La reexpresión de la información contable a moneda homogénea generó un sinceramiento de los números del sector asegurador», afirmó Casarino. «La información contable histórica nos mostraba una estructura de resultados técnicos negativos con resultados financieros altamente positivos. Esto se revierte al reconocer la exposición a la pérdida del poder adquisitivo que tienen los activos monetarios netos de las aseguradoras. El rendimiento de las carteras de inversiones no llega a cubrir la tasa de inflación del mercado (rendimiento real negativo), por lo que el resultado financiero pasa a ser negativo. En cambio, los resultados técnicos se ven mejorados por la homogeneización en la moneda en la cual se miden las primas y siniestros devengados», aseguró.
Además, comentó que el incremento de los costos del sector se da por el aumento del precio de las indemnizaciones que la inflación genera, y por la frecuencia siniestral que en los últimos meses volvió a ubicarse a los niveles previos a marzo de 2020.
«Por otro lado -continuó-, los resultados financieros no logran cubrir la exposición a la inflación. Los activos invertidos por las aseguradoras están sujetos a las variables propias de la economía argentina, siendo títulos de deuda pública locales los principales activos financieros que poseen las compañías, con una participación del 43% de la cartera total de inversiones del sector.
El dólar oficial muy contenido, el estancamiento del país, la incertidumbre sobre los procesos de negociación con organismos internacionales de crédito y sobre el cumplimiento en término de los compromisos de deuda del Estado, sumado a la inflación, son variables que han afectado significativamente el desempeño financiero del negocio, el cual anteriormente alcanzaba a compensar las pérdidas técnicas y aportaba el margen de rentabilidad general para el negocio».
García, por su parte, aportó: «Es una problemática que no se registraba desde hace muchos ejercicios. Antes, se daba una compensación a través del resultado financiero, de los magros resultados operativos. En esta oportunidad, los resultados financieros también son negativos y esto ocasiona un cóctel problemático para la gestión de las compañías ante la falta de opciones que permitan enfrentar el deterioro de las inversiones frente a la inflación. Así, la conjunción de resultados negativos operativos y de rentabilidad financiera llevan al replanteo de muchos aspectos de la gestión de las compañías de seguro para este año».
Finalizó pronosticando una redefinición de lo que se va a desarrollar en 2022, siendo «un contexto con una macroeconomía altamente inflacionaria y pocas alternativas de inversión que permitan un resultado financiero que, al menos, compense la inflación».
Resultado Final del Ejercicio
La siguiente intervención fue de Bettinelli, quien explicó los factores que llevaron a que el Resultado Final del Ejercicio haya arrojado pérdida: «Si bien las primas emitidas por el período de 6 meses finalizado el 31 de diciembre de 2021 se incrementaron porcentualmente en línea con la inflación (51,5%) en comparación con igual período del año anterior, los costos siniestrales subieron muy por encima de estos porcentajes, provocando un fuerte deterioro en los resultados técnicos, que ascendían a $15.173 millones en diciembre de 2020 y totalizan sólo $ 847 millones para diciembre de 2021».
Con esto presente, afirmó que esta significativa baja del resultado técnico registrado a diciembre de 2021 no permite compensar el efecto del resultado negativo de la estructura financiera. Y agregó: «Adicionalmente a este efecto, los cargos por impuesto a las ganancias, que incluyen el efecto del impuesto diferido, también impactan negativamente al 31 de diciembre de 2021, profundizando el efecto en el resultado final.
La evolución de los indicadores de gestión y rentabilidad al 31 de diciembre de 2021 reflejan claramente esta situación, arrojando peores ratios respecto de los registrados en diciembre de 2020, principalmente en siniestros sobre primas, índice combinado, resultados sobre primas y sobre patrimonio».
Más adelante, Gómez Barreca afirmó: «La baja rentabilidad financiera es producto del contexto de tasas reales negativas y la falta de oferta de instrumentos de inversión que logren retornos por encima de la inflación, lo cual erosiona los márgenes de rentabilidad de las compañías.
En cuanto a la rentabilidad técnica de las aseguradoras, la frecuencia siniestral mostró un aumento significativo, con un índice de siniestralidad del 53,7% al cierre del primer semestre del año fiscal en curso, comparado al 40% reportado al cierre del año fiscal 2020/2021».
«En Moody’s Local esperamos que el aumento en la frecuencia siniestral de los últimos meses -comentó- junto con la suba en el costo siniestral por encima de la inflación y la escasez de repuestos a raíz del faltante de divisas y las expectativas de devaluación, generen presión sobre la rentabilidad técnica de las aseguradoras».
Además, identificó la situación actual del sector de aseguradoras de riesgos del trabajo como un factor importante a considerar: «Presentó un retorno sobre el capital de 3% negativo al cierre del último año fiscal, que anualizado a diciembre 2021 es de -24%. La rentabilidad de este segmento se vio afectada mayormente por el aumento de la litigiosidad, sumado a la demora en el proceso de cierre de siniestros por la falta de instrumentación de los cuerpos médicos forenses, dado que esto implica que muchos casos pasen a instancias judiciales en lugar de poder ser resueltos en una instancia administrativa, y ocasiona un aumento en la suma última pagada por el siniestro. Adicionalmente, el fondo fiduciario de enfermedades profesionales resultó insuficiente para cubrir los casos de coronavirus, por lo que las compañías brindaron cobertura sin poder restituir dichas erogaciones. Esto agregó mayor incertidumbre a la evolución de la rentabilidad en este segmento.
Estas desmejoras se han visto reflejadas también en un deterioro de los índices combinados desde junio de 2020».
Por su parte, Bettinelli señaló: «Los resultados de la estructura financiera se vieron influenciados negativamente por el alto impacto del Resultado por Exposición al Cambio en el Poder Adquisitivo de la Moneda (RECPAM), generado por los rubros monetarios de los Estados Contables. Arrojó una pérdida de ($ 8.213) millones para el total del Mercado.
Las cifras comparativas con el período anterior (diciembre de 2020) arrojaban una ganancia total para la estructura financiera de $ 46.521 millones, con una influencia de la pérdida por RECPAM de menor cuantía que a diciembre de 2021».
Activos y Pasivos
¿Cómo evolucionaron los Activos y Pasivos, en general, entre 2020 y 2021?
Bettinelli nos brindó su perspectiva, afirmando que los activos y los pasivos se incrementaron nominalmente en porcentajes similares (en torno al 39%), comparando diciembre de 2021 y diciembre de 2020. Sin embargo, remarcó que dichos porcentajes se encuentran por debajo de la inflación registrada en dicho período, «provocando una disminución patrimonial neta en términos reales en torno del 7% para todo el mercado asegurador».
Y continuando, destacó: «Las inversiones fueron el rubro del activo que menos se incrementó en términos nominales, comparando diciembre de 2021 versus diciembre de 2020 (35,08%), lo que conlleva un mayor deterioro en términos reales». Y sumó: «Por otra parte, las deudas con asegurados, que es el rubro más significativo del pasivo, registró al 31 de diciembre de 2021 el mayor incremento interanual en términos nominales (46,19%).
Con respecto a la evolución de los principales indicadores patrimoniales, al 31 de diciembre de 2021 se verifica una disminución de la participación de las inversiones financieras dentro del Activo, mientras se registran incrementos en la participación de los rubros créditos e inmuebles».