“La tecnología está en el centro de la escena y es la vedette de la obra”
Gustavo Bresba considera que estamos viviendo una situación inédita y extraordinaria, donde la tecnología es lo que nos permite seguir conectados emocional y laboralmente a nuestro mundo anterior. Repentinamente, muchísima gente se está volcando a utilizar herramientas digitales que antes consideraba de relativa utilidad. En este contexto, dos de las fortalezas más importantes de DC Sistemas es saber de tecnología y de seguros. Actualmente, a sus principales productos Equis y Equis Re, están sumando dos flamantes productos complementarios: Equis Mobile y Equis Link.
Gustavo Bresba, Director de DC Sistemas, reflexiona sobre la importancia de la tecnología en este contexto mundial de pandemia y brinda detalles acerca del servicio y los productos que ofrece DC.
– Como experto en sistemas informáticos, ¿qué reflexión realiza sobre el rol de la tecnología en tiempos de COVID-19?
– La situación que estamos viviendo es inédita e inesperada y, por lo tanto, extraordinaria. Uso el término «extraordinario» tomando el significado estricto de la palabra, entendido como aquello que es ajeno a lo ordinario. Con esto no estoy relevando ninguna verdad, ya que en todo el mundo se habla de lo mismo, lo que también es extraordinario. En lo personal no recuerdo haber sabido de ninguna situación en la historia que haya afectado de una manera tan directa a todos los países del globo.
Este «mal común» crea, paradójicamente, una sensación de igualdad. La igualdad que normalmente no hay ante la ley, los derechos y beneficios sociales, la hay ante el virus. En esto hay que tener cuidado, porque que estemos todos en el mismo mar no significa que hayamos podido abordar el mismo barco (admito que la frase es robada, pero me pareció muy apropiada).
Entender que es una situación extraordinaria que menciono no es menor, porque genera en las personas reacciones inesperadas, respuestas a estímulos para los que no estaban preparados ni pudieron prever. Estamos viendo actitudes solidarias, de enorme altruismo y empatía con el prójimo, como así también otras menos consideradas. Cuando las personas se enfrentan a situaciones extremas, se generan cosas distintas a las habituales, se crean nuevas reglas del juego, que a su vez cambian constantemente. Cada uno a su modo y como puede, se va a acomodando a eso.
Otro cambio importante es que se volvieron extremadamente importantes valores que antes, en muchas ocasiones, fueron considerados secundarios. Me refiero a conceptos como la previsión y el haberse preparado, haber pensado en planes de contingencias, contar con experiencias propias y haberse nutrido de ajenas que permiten anticiparse a los hechos. En lo laboral, podría mencionar la fortaleza y cohesión de los equipos de trabajo, la automatización de ciertos procesos, la digitalización de los mismos y el compromiso de cada uno con sus obligaciones. Por otro lado, también es cierto que se elevó el umbral de tolerancia de muchos sentidos, porque finalmente estamos todos inmersos en la misma situación.
En todo este contexto, la tecnología se encuentra en el centro de la escena, es la vedette de la obra. Hoy muchísima gente se está volcando a utilizar herramientas digitales que antes las consideraban de relativa utilidad. De golpe y porrazo dejó de ser una opción el estar conectado digitalmente, una cuestión de supervivencia.
Por supuesto, esto crea también problemas nuevos que antes no existían, o no eran tan importantes. La conectividad de internet hogareña no fue pensada para la masividad y exigencia que está sufriendo en estos tiempos. Un corte de luz o de servicio de internet en el hogar era un problema que no afectaba a lo laboral, hasta hace muy poco tiempo. Hoy en día nos deja aislados completamente.
Incluso se han registrado episodios inesperados en conferencias masivas, donde intervinieron las transferencias de algunas plataformas y transmitieron contenido desagradable. Lo cierto es que el mundo en general no estaba pensado para que todos, absolutamente todos, estén conectándose de ese modo. Todo cambió repentinamente y no hubo tiempo de prepararse.
No obstante estos problemas, la tecnología es lo que nos permite seguir conectados emocional y laboralmente a nuestro mundo anterior. Lo que hace un mes dábamos por sentado, ahora parece muy lejano.
– ¿Cómo cree que cambiarán los hábitos de consumo y el ámbito laboral después de esta pandemia? ¿Considera que COVID-19 aceleró la transformación digital?
– Sinceramente, no tengo idea qué cambiará después que la situación generada por la pandemia vaya volviendo a la normalidad. Tampoco se puede predecir si esa nueva ‘normalidad’ va a ser mucho, más o menos o poco diferente a la anterior. Es muy probable que, con el tiempo, la mayoría de las cosas vayan volviendo a su estado anterior, pero ignoro cuánto tiempo llevará y cómo será en cada país, región o ciudad. La situación está tocando las fibras muy íntimas de cada individuo y su comportamiento, eso se verá reflejado en su forma de relacionarse y actuar en su comunidad, lo que finalmente afectará los usos y costumbres existentes anteriormente. En el fondo creo, sin embargo, que las costumbres de la gente tienen su propia inercia y peso. Tarde o temprano, todo (o casi todo) irá volviendo a su molde original. Los lectores sabrán disculpar las contradicciones en mis comentarios, ellas son reales porque la situación las amerita.
Si uno busca impactos positivos de la situación, podríamos hablar del aceleramiento de la transformación digital en las empresas. Quizás sería más adecuado llamarlo la aceptación definitiva de las herramientas digitales para quienes, hasta ahora, no estaban tan convencidos o lo habían relegado como prioridad.
Pero eso no es gratis, porque algunos no se habían preparado apropiadamente y ahora pretenden soluciones mágicas, sin tomar conciencia real de lo que implica el cambio. Por suerte, por decirlo de algún modo, no hay opciones mágicas y las cosas no ocurren por generación espontánea. En el mundo de la tecnología hay que transitar algunos pasos mínimos indispensables para lograr concretar algo nuevo. En una presentación que hice hace unos años yo hablaba de las preguntas claves: ¿por qué?, ¿para qué?, ¿para quién? y ¿con qué? Estas respuestas, bien pensadas, recién podrán dar formar a un embrión de proyecto. Como dice el refrán: los problemas sin solución no son problemas, son realidades.
Si nos metemos en el mundo del seguro, hay que aceptar que la actividad de las compañías se redujo sensiblemente. Son pocos los casos donde consiguieron mantener un nivel de trabajo similar al anterior. Los aspectos más afectados son la emisión y la cobranza. Además, que las propias estructuras no estaban preparadas, ni remotamente, para una situación de trabajo a distancia a esta escala. En este sentido, las compañías más chicas sufrieron menos el impacto, porque fue más sencillo y rápido organizarse.
Cuando se vuelva al trabajo en las compañías, estoy seguro que ninguna dejará de armar su propio plan de contingencias para estar preparadas para operar en situaciones extremas como la actual. Esto es lo que creo y espero, considerando que estamos tratando con expertos en analizar y mitigar el riesgo.
– ¿El teletrabajo ha llegado para quedarse? ¿Cuáles son las principales tecnologías que hoy facilitan el home-working?
– Sinceramente no estoy tan seguro que el home working es una metodología que va a perpetuarse, al menos no del modo en que se está dando ahora. Una cosa es un home working programado, puntualizado sea por días o por recursos, que mandar a toda la empresa a su casa. El home working masivo no se prolongará una vez finalizada la cuarentena. Está claro que se mantendrá durante un largo tiempo, primero en forma total como ahora y luego parcialmente, pero en algún momento la gente volverá a trabajar en sus empresas.
Lo que ocurre, además, es que el home working, tal como está ocurriendo ahora, no es del todo funcional. Pensemos en una familia, donde ambos padres deben trabajar en forma remota y tienen hijos en edad escolástica. A los niños le mandan actividades por Google Classrom u otra plataforma, los padres tienen video llamadas de trabajo y están todos, todo el tiempo, compartiendo el mismo espacio. En todo esto hay que considerar también cuántos equipos tienen a disposición. Si bien casi todo el mundo tiene a disposición un Smart Phone, en algunos momentos se necesitan tres o cuatros computadoras y eso raramente es viable.
Claramente, la gente lo lleva adelante con la mejor voluntad, pero no es el clima ideal para ninguno de ellos. Acá se ve nuevamente cómo los márgenes de tolerancia se han vuelto más laxos. Incluso me animo a arriesgar que desacartona algunas relaciones al verse obligados a atender asuntos personales durante encuentros laborales. Esto también ayuda al acercamiento entre las personas.
Como conclusión, es probable que algunas compañías hayan descubierto que esta metodología funcionó y lograron buenos resultados de sus empleados, entonces decidan implementar algún esquema de home working a futuro.
La tecnología a disposición es variada. Si uno quiere puede incluir al teléfono y el email, porque no dejan de ser herramientas de mucha utilidad, si bien no son las más novedosas. Las plataformas de video llamadas, donde se puede compartir pantalla, hacer grupos, etc., están en la cima del podio. Volviendo a mi comentario anterior, una posible dificultad es depender de la conectividad hogareña, no pensada para este fin.
Como mencioné antes, noto que el umbral de aceptación en lo laboral se elevó. Con esto me refiero a tiempos de respuesta, exigencia de formalidades que antes eran inflexibles e incluso aspectos personales como la vestimenta o el aspecto. Es muy interesante ver cómo directivos o CEOs hacen video llamadas vestidos informalmente y con barba de varios días. Yo lo tomo como un respiro y un signo positivo, vistas las circunstancias. Estando todos en esta situación, al menos estamos cómodos y todos nos enfocamos en el trabajo exclusivamente, sabiendo que del otro lado hay una persona en la misma situación que nosotros.
– ¿Qué medidas adoptó DC Sistemas a partir del establecimiento del aislamiento social obligatorio? ¿Cómo se estructura actualmente la atención y servicio a sus clientes?
– Desde DC Sistemas entramos en home office total desde antes que se declare la cuarentena preventiva obligatoria a nivel nacional, el 20 de marzo pasado. Al ver cómo se iba precipitando la situación, pusimos en práctica un plan de contingencias y nos organizamos. Este plan contempló notebooks para trabajar desde casa para quien lo necesitara, relevamiento de la conectividad disponible, acceso a las PC de escritorio en la oficina, a los servidores y el armado de células de trabajo interconectadas para mantener la calidad de soporte para nuestros clientes.
Para nosotros el bienestar de las personas que integran nuestro equipo es la máxima prioridad. Con esto me refiero al resguardo de su salud y la de sus familias. Hay que tener en cuenta también que muchos tenemos hijos en edad escolar y, aunque no hubiera al principio una cuarentena obligatoria, el hecho de vivir con niños que no asisten a la escuela hace muy complejo ir a trabajar. Dar espacio para ocuparse apropiadamente de sus hijos creemos que es otra forma de cuidarlos y cuidarnos.
El servicio a nuestros clientes se mantuvo casi sin alteraciones. Esto fue posible solamente gracias al enorme compromiso de cada uno de los integrantes del equipo. No es sencillo reemplazar totalmente los diálogos y reuniones de intercambio de ideas con video llamadas, cadenas de emails o llamadas telefónicas. Es necesario un esfuerzo mayor y mucha, pero mucha paciencia. Estamos muy orgullosos del resultado y la respuesta que tuvimos. Ahora queda del lado de nuestros clientes ratificar lo que es nuestra percepción. De este modo estoy abriendo la puerta a recibir aportes sobre cómo mejorarnos. Es una situación tan extraordinaria que todos debemos afrontarla con la máxima humildad y apertura.
En este contexto se dan situaciones extrañas. Hay un integrante de nuestro equipo que quedó varado en Japón, luego de finalizar sus vacaciones. Al momento de su partida la OMS no había ni siquiera declarado el estado de pandemia mundial y ahora quedó allá a la espera de poder regresar. Lo paradójico es que está trabajando desde Tokio, casi en las mismas condiciones en las que estamos los que nos encontramos en Argentina, más allá de la diferencia horaria.
– ¿Qué significa ser una empresa de «Tecnología Aseguradora»?
– Ese slogan tiene como objetivo juntar dos de las fortalezas más importantes de nuestra empresa: saber de tecnología y de seguros. Todo aquel que haya transitado el camino del mercado asegurador, sobre todo en Argentina, sabe que hay muchas reglas, normativas, procesos y formas de trabajo muy diferentes a otras actividades.
DC Sistemas es sucesora de División Central, empresa nacida en 1975. En aquel momento se realizaba procesamiento de datos, ya que para las compañías era prohibitivo contar con infraestructura propia. Eso fue evolucionando hasta llegar a las herramientas digitales que ofrecemos actualmente. En todo momento nos enfocamos exclusivamente en el mercado asegurador, no diversificándonos en ninguna otra industria.
En la práctica hemos vivido muchas situaciones donde este diferencial fue determinante para que las compañías confíen en nosotros, porque la experiencia que fuimos acumulando en volumen y diversidad a lo largo de los años es un valor agregado muy grande para ellos.
– ¿Cuáles son los servicios y productos que DC Sistemas brinda a la industria aseguradora? ¿Proyectan incursionar en nuevas tecnologías?
– Nuestros principales productos son Equis y Equis Re, como habrán leído en tantas ocasiones que nos han preguntado. Estas soluciones son sistemas core para compañías de seguros y reaseguros, respectivamente.
Sin embargo, en esta ocasión, estamos orgullosos de poder anunciar el lanzamiento de dos flamantes productos complementarios: Equis Mobile y Equis Link.
Equis Mobile es una aplicación para Smart Phones donde los Asegurados pueden consultar, descargar documentos, cargar denuncias de siniestros, contactarse con los servicios contratados en las pólizas, entre otras funcionalidades. Esta APP está completamente integrada con Equis, generando y obteniendo datos en forma on line.
La segunda, Equis Link, es una capa de servicios de integración para acceder y/o generar información de Equis como core. Este desarrollo tiene como espíritu ofrecer a nuestros clientes de Equis contar con desarrollos propios de front end e integrarse con terceros.
Estamos convencidos que tenemos que ofrecer soluciones a nuestros clientes, pero también abrirnos a la opción que elijan las suyas propias. En varios casos ambas situaciones conviven, ya que hoy en día el concepto reinante es la omnicanalidad.
– ¿Cuál es el diferencial que DC Sistemas ofrece al sector asegurador?
– Parte de las características de nuestra empresa ya las mencionamos, son quizás aquellas que nos diferencian de otras empresas de tecnología e incluso de desarrolladores. Entre esas destacamos los 45 años de experiencia acumulada trabajando en tecnología para el sector asegurador, habernos enfocado siempre exclusivamente en ese mercado y ofrecer soluciones que se nutren de la tecnología más moderna a disposición. Sin embargo, esos factores no nos hacen únicos, ya que en Argentina hay varios colegas muy calificados, que merecen todo nuestro respeto.
El aspecto en que buscamos destacarnos es en la prestación del servicio. Nosotros nos autodenominamos «socios tecnológicos» de las compañías que trabajan con nosotros. Esa frase no es casual ni el resultado de una campaña de marketing. Nuestra forma de trabajar es comprometernos con cada proyecto de cada cliente, sintiéndolo siempre como un desafío propio. Esta forma de sentir el trabajo nos lleva a involucrarnos en muchas ocasiones a un nivel más profundo que el que aplicaría a nuestro exclusivo rol como proveedores de sistemas. Sinceramente no conocemos otra forma de hacerlo y, viéndolo en perspectiva, considero que nos ha dado muchas satisfacciones a lo largo del tiempo. Cada vez que un cliente logra ser exitoso, sabemos que hay una parte de eso que es gracias a nuestro aporte.
En estos momentos donde la actividad de las compañías se ve comprometida y alterada por la cuarentena, estamos viendo los frutos de nuestra política de soporte. Hasta ahora hemos podido apoyarlos, resolviendo las necesidades con agilidad. Esperamos que, entre todos, logremos hacer más llevadera la crisis.
– ¿Cómo analizan el nivel tecnológico de las aseguradoras argentinas? ¿Y qué cambiará a partir del impacto de esta pandemia en la economía en general, y en el seguro en particular?
– Yo creo que las aseguradoras argentinas han progresado mucho en la digitalización de sus procesos en los últimos años. La transformación digital es algo que ocurre a nivel social y todos estamos inmersos en ella.
Es muy frecuente escuchar que la transformación digital es como un tsunami que arrasará a todo aquel que no aprenda a surfear esa ola. Eso suele generar desesperación, porque plantea un objetivo prácticamente inalcanzable. Genera una sensación de que es «demasiado tarde», por no haberse despertado antes.
De todos modos, creo que hay que ‘ocuparse’ y no ‘preocuparse’. Hay muchas herramientas y opciones a disposición a nivel tecnológico, pero hay que ver si aplican para la realidad, las necesidades y objetivos de la compañía. En este punto volvemos a las preguntas que mencioné antes, porque hay que preguntarse si es el momento, la herramienta y la forma de hacerlo apropiados. Es preferible esperar a tener un plan de acción consistente, antes de salir a ofrecer cosas de las que no estamos convencidos o no vamos a tener control.
La realidad es que un usuario final se encuentra pocas veces con la necesidad de interactuar con su compañía de seguros. Si lo comparamos con el mercado bancario, por ejemplo, la diferencia es enorme. Con el home banking o aplicaciones para teléfonos del banco se hacen transferencias, pagos, inversiones, etc.
Justamente, uno de los desafíos de las compañías es lograr que sus accesos digitales sean más ‘apetecibles’ para sus asegurados. Eso lo podrían lograr con productos o servicios que lleven al cliente a utilizarlos.
Hoy en día hay un sector del mercado tecnológico de seguros que es enmarcado dentro de la denominación insurtech. Esta palabra significa, simplemente, el funcionamiento conjunto de ‘seguros’ y ‘tecnología’. No sé si a los lectores le pasa lo mismo, pero a mí me suena muy similar a ‘Tecnología Aseguradora’. Con esto quiero expresar que, a mi entender, todo aquel que haga tecnología para seguros debería ser llamado insurtech. En la práctica, la mayoría de las empresas que están en ese grupo ofrecen soluciones periféricas y complementarias, donde siempre interactúan con las compañías y depende de los datos brindados y procesados por éstas.
Nosotros, como colaboradores de las compañías, formamos parte de la evaluación de qué es realmente útil y cómo conectarse para que se pueda trabajar en forma eficiente.
– De frente a esta crisis, ¿cuánto valor tiene la información que tienen las compañías? ¿Qué provecho podrían sacar de eso para recuperarse una vez que termine el aislamiento?
– En lo personal creo que es un momento de colaborar y compartir conocimientos, incluso entre empresas que compiten en el mismo mercado. Hace un tiempo se hablaba de «información es poder», pero con el tiempo se comprobó que esa información, si no es bien utilizada, no es más que unos y ceros acumulados. Para colmo, actualmente es accesible acumular información, no como hace algunas décadas donde cada bit (caracter) que se guardaba tiene un costo.
El valor agregado que ofrece el nutrirse de información generada por otros está más que comprobado. Nos permite anticiparnos, tomar mejores decisiones y ahorrar muchos esfuerzos. Obviamente que es condición abrir también el juego y compartir con los demás los propios datos. Esto genera un círculo virtuoso de colaboración.
En los últimos años la Superintendencia de Seguros tomó una postura colaborativa, que empezó a tomar un color muy interesante con la implementación de la Mesa de Innovación. Estoy seguro que no soy el único que está esperando que se retome esa iniciativa, porque era un espacio de intercambio de ideas, necesidades y soluciones, donde participábamos empresas de tecnología, compañías, consultores y la misma SSN en forma activa y altruista.
Ese ese tipo de actitudes las que nos van a ayudar a resurgir cuando la cuarentena y las actividades comiencen a retomarse, porque vamos a necesitar del aporte de todos.