En este artículo, Marcelo Masetelle, Líder de Claims Advocacy para Marsh Argentina y Uruguay; Miguel Del Giudice, Broker de Special Division; y Gisella Sierra Salguero, Gerente Comercial de Seguros de Personas, junto a Lorena Schor, Suscriptora, ambas de Noble Seguros, analizan las coberturas de Pérdida de Beneficios.
Escribe Lic. Aníbal Cejas

La ronda comenzó con Marcelo Masetelle, Líder de Claims Advocacy para Marsh Argentina y Uruguay. El ejecutivo hizo un recorrido por la historia que marcó el inicio del seguro de pérdida de beneficios: «De acuerdo con el Ing. Francisco Deak, uno de los grandes maestros de la actividad, el Seguro de Interrupción tiene su origen en el año 1797, donde se registran los primeros antecedentes de la compañía Minerva Universal de Inglaterra para intentar cubrir las pérdidas derivadas de la interrupción de la actividad. Para esa época, también la compañía Hamburger General de Alemania empieza a brindar cobertura a las pérdidas de alquileres, como un suplemento adicional de la póliza de Incendio», relató.
Y prosiguió: «Ello habría sido el puntapié inicial para otras manifestaciones similares. Por ejemplo, en el año 1821 apareció en Inglaterra una póliza denominada ‘Time Loss’, también conocida como ‘per diem’, que funcionaba como una compensación diaria o semanal de las pérdidas sufridas a raíz de un evento. Además, en el año 1857 se comienza a advertir en Francia la presencia de la póliza ‘Chomage’, la cual cubría un porcentaje preestablecido del daño por incendio.
Tiempo después, un corredor de seguros de apellido Dalton, en Boston, Massachusetts, comienza a buscar soluciones a los problemas derivados de la interrupción de los negocios en la industria textil. Es allí donde, en el año 1880, se introduce la expresión ‘uso y ocupación’ ya conocida en el mercado del seguro para cubrir las pérdidas de producción surgidas a partir de un incendio.
En 1899, Ludovic McLellan de Glasgow desarrolla el actual método de medir la disminución de los negocios por la variación del giro comercial, para autorizarse 11 años después en Alemania el uso de la cobertura de Interrupción de Negocios en el seguro de Rotura de Maquinarias».

Marcelo Masetelle, Líder de Claims Advocacy para Marsh Argentina y Uruguay

Masetelle narró que estas primeras apariciones de este tipo de coberturas se continuaron actualizando, hasta 1938, cuando se desarrolla en Estados Unidos un modelo conocido como Gross Earnings, que se habría redefinido como ‘Bussiness Income (BI) Coverage Form’.
«Un año después, en Inglaterra desarrollan la póliza standard de Interrupción por incendio donde se define al Beneficio Bruto como la suma de los Gastos Fijos (GF) más el Beneficio Neto (BN). Esta es conocida en el mercado actual como ‘póliza modalidad inglesa’.
Años después se advierten algunas dificultades por el método de adición y se cambió al que actualmente se utiliza como método de sustracción para definir el Beneficio Bruto», cerró.

Luego de esta reseña histórica, tomó la palabra Miguel Del Giudice, Senior Broker en Special Division. En un recorte sincrónico actual, identificó las circunstancias que hacen necesario al Seguro de Pérdida de Beneficios: «Cuando nos encontramos con una empresa que sufre pérdidas o daños materiales amparados por una póliza de seguros, vemos que no se ha contemplado cubrir los daños consecuenciales o de lucro cesante que se producen por la interrupción o paralización de las actividades, y menos cubrir los gastos fijos a los que se debe hacer frente hasta poder reiniciar sus actividades. Por otra parte, en la mayoría de los casos resulta sensiblemente mayor esta pérdida consecuencial frente a la pérdida material. Para evitar esta situación de descubierto, existe el seguro de Pérdida de Beneficios que cubre el beneficio bruto que la empresa deja de percibir a consecuencia de una interrupción o paralización de su actividad».

Miguel Del Giudice, Senior Broker en Special Division.

La cobertura también se ha desarrollado para amparar individuos, generalmente profesionales. Al respecto, Gisella Sierra Salguero, Gerente Comercial de Seguros de Personas, y Lorena Schor, Suscriptora, ambas de Noble Seguros, informaron: «Entendiendo la necesidad que puede producir en un profesional independiente la falta o pérdida de ingresos en situaciones de enfermedad o accidente, creamos un producto especialmente diseñado para cubrir esa contingencia.
Nos basamos en la combinación de la experiencia de nuestros asegurados a lo largo de los años, lo cual, agregado a nuestro compromiso asumido de protección, nos impulsó al desarrollo de lucro cesante para esta población, que comercializamos bajo el nombre de ‘Ingresos Protegidos’».

Lorena Schor, Suscriptora de Noble Seguros; y Gisella Sierra Salguero, Gerente Comercial de Seguros de Personas de Noble Seguros.

Inglesa y Americana

Las dos modalidades más reconocidas en el mercado global son la Inglesa y la Americana, acerca de las cuales, Masetelle explicó: «Las pólizas de modalidad Inglesa priorizan sus coberturas a la recuperación del nivel de las ventas durante el período de indemnización establecido en la póliza o hasta que se recuperen las ventas.
En cambio, las de modalidad Americana priorizan la recuperación del nivel de producción previo al siniestro hasta que la reparación o reposición del edificio y/o maquinaria se efectuase».
Entre sus particularidades, resaltó primero, que se mantiene la cobertura básica hasta que se repongan los niveles del negocio. En segundo lugar, que la condición esencial para que se active este tipo de cobertura es que el daño consecuencial tenga su origen en un daño material cubierto por la póliza: «Si el daño material no está cubierto, aplica alguna exclusión de póliza, y la pérdida de beneficio también lo estará», explicó.

Y continuó: «Si se da un escenario donde el daño material está cubierto, pero el mismo no supera el deducible de póliza y además hay una afectación al giro comercial de la firma, la misma estará cubierta independientemente de si el daño material supera el deducible o no.
Cumplida la condición anterior de cobertura, la póliza paga hasta que las ventas vuelvan a su nivel normal antes del siniestro, siempre dentro del período de indemnización establecido en la póliza (generalmente doce meses)».
Por último, aseguró que las coberturas de póliza inglesa incluyen las pérdidas de inventarios, los salarios que continúan luego del siniestro y la pérdida de mercado.
Además, recomendó revisar los textos en detalle, debido a que existen variantes en los textos para buscar mejores condiciones, mejores ofertas de producto, etc., que pueden alterar este tipo de coberturas.

Masetelle compartió su preferencia por la modalidad inglesa, y afirmó: «Es superior a la Americana porque contempla problemas consecuenciales que se podrían presentar durante el proceso que retrasen o afecten el retorno normal de las ventas y la rentabilidad de la firma. Por eso, la cobertura continúa hasta que las ventas y la rentabilidad hayan sido restituidas de la mejor manera posible y dentro del período de indemnización establecido en la póliza a los niveles que existían antes del siniestro».

A continuación, tomó la palabra Del Giudice, quien enumeró las principales características de la modalidad inglesa.
«Se utiliza el beneficio bruto anual de la empresa (gross profit). El beneficio bruto se puede calcular como las ventas totales menos los gastos variables (sustracción) o como el beneficio neto más los gastos fijos (adición). El método de sustracción suele ser más utilizado, ya que es más fácil enumerar los gastos variables que los gastos fijos.
Se fija el período de indemnización, que comienza el día del siniestro y se extiende hasta la recuperación de los resultados de la empresa, sin que se pueda exceder el límite de tiempo que se haya estipulado. Cabe aclarar que la cobertura se extiende hasta la recuperación del negocio, sujeto al límite máximo de tiempo establecido en la póliza. En otras palabras, esta modalidad permite incluir dentro del período de indemnización el tiempo que puede demandar el restablecimiento total de la actividad del negocio.
Se cubre el beneficio bruto por la pérdida de ventas resultante de un siniestro a un depósito de productos terminados.
Se cubren los gastos extraordinarios. En la mayoría de los siniestros, las consecuencias del mismo pueden ser aminoradas si se implementan medidas de emergencia que suelen llevar gastos adicionales o extraordinarios, los cuales estarán cubiertos en la medida que tengan como único objetivo evitar o disminuir las pérdidas por esta cobertura. En ningún caso los gastos extraordinarios pueden ser mayores que las pérdidas evitadas».

Por su parte, Sierra Salguero y Schor profundizaron en el enfoque del Seguro de Lucro Cesante de Noble, también llamado ‘Ingresos Protegidos’. Al respecto, remarcaron que es un producto destinado a profesionales autónomos: «Ampara al asegurado cuando éste queda impedido de percibir en forma continua y temporaria la totalidad de sus ingresos demostrables, provenientes del desempeño de la profesión o actividad declarada, como consecuencia de una enfermedad o accidente.
El asegurado contará con una renta diaria durante el período prescrito por su médico tratante, siendo el plazo máximo 365 días. De esta manera, podrá mantener una estabilidad económica, mientras se recupera.
Es un producto exclusivo para profesionales independientes, con una edad máxima de ingreso de 69 años y es deducible de impuestos.
Además de la cobertura principal (Lucro Cesante), se incluyen beneficios adicionales como indemnización por: muerte, invalidez total y permanente por enfermedad o accidente, doble indemnización por muerte accidental e indemnización en caso de pérdidas anatómicas por accidente. Así, se fortalece aún más la protección del asegurado», afirmaron.
La cobertura de Noble se extiende a una gran variedad de oficios y profesiones independientes, aunque hace foco en los Profesionales de Salud.

Asegurables

A continuación, consultamos por las empresas que son admisibles en la Cobertura de Pérdida de Beneficios.

Al respecto, Del Giudice afirmó: «Se pueden asegurar todo tipo de empresas que produzcan una ganancia. Solo se debe determinar su beneficio bruto y su período de indemnización».

Masetelle se mostró de acuerdo con su colega, y agregó: «La realidad nos muestra que la Cobertura de Pérdida de Beneficio la puede tomar cualquier empresa que analice sus posibles dificultades frente a una parada de planta por un evento accidental, súbito e imprevisto».

«Con la planta parada, los gastos fijos se tornan totalmente improductivos y pueden afectar la estabilidad de la empresa. A raíz de esto, el beneficio neto disminuye a punto tal de convertirse en pérdida y es ahí donde se debe poner especial atención en la necesidad de contar con un programa de seguros que se adapte a las necesidades de la empresa en cuestión.
Muchas veces se escucha que el seguro de Pérdida de Beneficio es un gasto excesivo, pero la realidad nos muestra que es barato comparado con el costo de otros fondos de negocios. Es importante no subestimar los valores. Siempre hay que adquirir los límites de cobertura adecuados y seleccionar períodos de indemnización adecuados para cubrir las peores situaciones o escenarios posibles de recuperación frente a un evento», previno.

 

Análisis de riesgos

Cerca del cierre, los especialistas compartieron el procedimiento para realizar el análisis de riesgos.

Del Giudice fue el primero en tomar la palabra, y al respecto aseveró: «Para realizar un buen análisis de riesgo se debe comprender en profundidad los procesos de producción de la empresa. De esta forma, se puede determinar los cuellos de botella y conocer qué posibilidades hay de reemplazar por terceros la producción afectada. Esto último generará gastos adicionales (que están cubiertos por la póliza) pero seguramente van a disminuir la pérdida final ocasionada».
Además, compartió que existe una cobertura adicional llamada Pérdida de Beneficios Contingentes. Y amplió: «Consiste en cubrir la pérdida de beneficios ocasionada por un daño producido en proveedores o clientes del asegurado. Ejemplos de esto serían un proveedor de materias primas o un proveedor de servicios que sufre un incendio o explosión y no puede entregar mercaderías o el servicio para el que fue contratado».

A continuación intervino Masetelle, quien reflexionó: «El mejor análisis para hacer frente a los posibles escenarios frente a la ocurrencia de un siniestro, lo podemos resumir en el siguiente esquema que muestra cómo inciden los gastos que continúan luego de un siniestro (Gastos Fijos) y los gastos que cesan de inmediato (Gastos Variables)».

«Se trata de un análisis básico que puede variar de acuerdo a cada operación y a la contabilidad de la firma, pero es válido para hacer un análisis rápido de situación y estudiar los riesgos que conlleva la ocurrencia de un siniestro en la operación y continuidad de la misma.
En Marsh tenemos un equipo especialmente preparado para realizar este tipo de análisis, desde la experiencia en la determinación de pérdidas siniestrales, donde el conflicto puede darse principalmente a la hora de establecer y verificar las sumas aseguradas.
Este equipo se denomina Claims Solutions y ofrece un abanico de servicios». 
«Cuenta con un plantel de consultores locales y regionales altamente especializado, que comprenden los principales puntos en la evaluación sobre posibles pérdidas ante la interrupción del negocio por un siniestro (Lucro Cesante).
Comprende un análisis detallado de los estados de resultados y otros elementos financieros del cliente, tomando en cuenta las características particulares. Esto permite identificar los principales puntos de análisis respecto al margen del bruto asegurable, elaborar escenarios de pérdida con base a la temporalidad del negocio, y darle elementos al cliente para establecer las sumas aseguradas óptimas para declarar».