En la mayoría de los casos, los accidentes de tránsito ocurren por exclusiva responsabilidad del conductor, ya sea que se trate de una actitud negligente, una distracción o la propia impericia al conducir. El uso del celular al volante es la principal causa de distracción. El exceso de velocidad es uno de los principales motivos de muertes. Y según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), 1 de cada 4 accidentes cuentan con presencia de alcohol en sangre.
Escribe Dra. Gabriela Álvarez

Las muertes por accidente de tránsito equivalen a la caída de un avión con 150 personas a bordo por mes. ¿Qué pasaría si en las noticias viéramos que todos los meses se cae un avión y fallecen 150 personas? Realmente, esa estadística resultaría devastadora. Sin embargo, cuando se trata de accidentes de tránsito, pasa desapercibido, la sociedad parece no notarlo y, excepto que se trate de un caso cercano, es una estadística más, una muerte más como cualquier otra a la que lamentablemente ya nos hemos acostumbrado. Vemos fallecidos en accidentes de tránsito a diario.

Según estadísticas publicadas por la organización Luchemos por la Vida, en el año 2022:
• 17 personas fallecieron por día a causa de accidentes de tránsito en el territorio de la República Argentina.

El número de fallecidos en el año 2022 por esta causal, asciende a 6.184.

• El 75% de los casos fueron hombres menores de 35 años.

• El 52% de los accidentes ocurren en las rutas, el 20% en las calles y el 14% en las avenidas.

En cuanto a la movilidad de los fallecidos:
• El 40%, eran ocupantes de motos;
• El 27% circulaban en vehículos;
• El 10% eran peatones;
• El 8% ocupantes de camionetas;
• El 4% eran ciclistas y
• El 3% transportistas de carga.

En cuanto a las causas que provocaron los accidentes de tránsito, son:
• El 89,5% los accidentes son provocados por errores humanos.

• El 8,8% debido a circunstancias relacionadas con el estado de las rutas y/o calles.

• Y finalmente el 1,6% debido al estado del vehículo.

De esta forma se confirma que, en la gran mayoría de los casos, los accidentes ocurren por exclusiva responsabilidad del conductor, ya sea que se trate de una actitud negligente al conducir -que son la mayoría de los casos-, una distracción o la propia impericia en el manejo. El uso del celular es una de las principales causas de distracción, y el contenido de alcohol al volante es un flagelo que causa gran preocupación, sobre todo si tenemos en cuenta que según la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV), 1 de cada 4 accidentes cuentan con presencia de alcohol en sangre.

Principales causas de los Accidentes de Tránsito

Distracciones al conducir.
El uso del celular al volante es la principal causa de distracción a la hora de conducir. Responder un mensaje, atender un llamado, incluso chequear los mails y las redes sociales mientras conducimos, son cosa habitual si hablamos de los conductores en nuestro país. No se trata sólo de atender el teléfono o responder un mensaje, con lo que implica tener que agarrar el celular y demás, sino que a ello hay que sumarle el hecho de que la atención se fija en la conversación o en la respuesta del mensaje, en lugar de prestar atención al tránsito. Comer e ingerir bebidas al conducir, o incluso distraerse con los carteles publicitarios son otras situaciones que provocan distracción.

Cansancio, fatiga o sueño.
De la misma manera que para cualquier actividad que requiera el máximo de concentración posible, la falta de sueño o el cansancio pueden jugarnos una mala pasada a la hora de conducir. Tener al menos seis horas de sueño resulta fundamental para conducir de forma segura y prevenir accidentes de tránsito. En el caso de viajes de larga distancia, se recomienda detenerse a descansar al menos unos minutos cada dos o tres horas.

Exceso de velocidad.
El exceso de velocidad es uno de los principales motivos de muertes en accidentes de tránsito, sobre todo si tenemos en cuenta que cuanto mayor sea la velocidad a la que circule un vehículo, más tiempo tardará en poder reducir su velocidad en caso de necesitar frenar de urgencia y, por ende, más fuerte será el impacto.

Consumo de alcohol o estupefacientes.
Conducir bajo los efectos del alcohol o estupefacientes, dependiendo del grado de intoxicación, provoca distorsiones en la visión, falta de reacción y disminución de la capacidad de concentración. Esas cuestiones cuando ocurre alguna situación de tránsito que requiere que nuestros reflejos estén al cien por ciento, pueden provocar graves consecuencias. Establecer un conductor designado que no tome alcohol, u optar por otro tipo de transporte es esencial para prevenir accidentes de tránsito.

Imprudencias.
Las maniobras imprudentes constituyen una de las principales causas de los accidentes de tránsito, y eso sólo si nos referimos a aquellas situaciones en las que finalmente se produce el accidente. Pero día a día en la calle, vivimos innumerables situaciones donde somos víctimas de la imprudencia de los conductores aunque muchas veces no llegue a producirse el choque. Los cambios abruptos de carril, los giros en intersecciones sin señalizar la maniobra, el cruce con semáforos sin luz habilitante, el exceso de velocidad, no detenerse en las intersecciones de las calles, la falta de respeto de las señales de tránsito y velocidades reglamentarias, la falta de la distancia reglamentaria que nos permite frenar el vehículo con la suficiente antelación para evitar el choque con el auto de adelante, son sólo algunos ejemplos de ello.

Prevención de Accidentes de Tránsito

Si hablamos de prevención de accidentes de tránsito, lo primero que tenemos que tener en cuenta es la necesidad de generar una conciencia responsable acerca del riesgo que implica salir a la calle con un vehículo, moto, etc. Tenerlo en buenas condiciones para que no provoque accidentes -ni para quien lo conduce ni para terceros-, respetar las directivas de tránsito y no realizar maniobras imprudentes, es la mejor manera de cuidarnos.

Para aumentar la seguridad vial, se requiere, en primer lugar, un trabajo serio, entendido éste como real, permanente, científico, que implique un compromiso de todas las fuerzas de la sociedad, cooperación, coordinación y dirección. Se trata de un cambio cultural que si bien debe producirse en toda la sociedad, tiene que estar liderado por las fuerzas de seguridad.
Además de trabajo, se necesita ejemplo, y ese es el segundo punto. El tercer punto viene de la mano de la concientización; ser conscientes de los riesgos a los cuales nos exponemos, hace a nuestra educación. El último punto, se refiere a la legislación. En nuestro país, las leyes de tránsito son buenas, pero no tenemos eficacia para hacerlas cumplir. Sin control y sin sanción, no hay solución.

Una gran problemática que enfrentamos actualmente es el uso del alcohol al volante. El alcohol, cualquiera sea su proporción, afecta la conducción: lentifica las reacciones, altera la percepción, en grados elevados se confunden los colores (el color rojo no es percibido), y causa desinhibición, por lo tanto, la persona se siente predispuesta a realizar conductas que de otra manera no haría. La única forma de evitar las consecuencias del alcohol ingerido es el paso del tiempo, lapso que tarda el cuerpo en metabolizarlo, el resto son mitos que en nada ayudan al ocultamiento de sus efectos. Al contrario de lo que se dice comúnmente, un solo vaso de bebida alcohólica disminuye en un 20, 30 o 40% la capacidad de conducir, lo que también depende del peso y el sexo de la persona. Por ello, lo más seguro es no tomar nada de alcohol al ponerse al frente de un volante.

Otros temas que adquieren relevancia son el uso de cinturón de seguridad, las bolsas de aire, el viaje seguro para los niños, el uso de casco, el exceso de velocidad (1° causa de muerte) y el uso de celular (no sólo por la distracción visual sino principalmente por estar en otro lugar, en otra situación y con otra problemática).

La óptica de las Compañías de Seguros

En virtud de la cobertura de responsabilidad civil que contratan los asegurados, la compañía de seguros debe responder ante la ocurrencia de un accidente de tránsito en el cual interviene el asegurado y un tercero, con el fin de mantener indemne al primero.
Es así que previo solicitar documentación a los terceros, se realiza un análisis de la misma, se coordinan las correspondientes pericias, tanto de los daños materiales de los vehículos involucrados como así también se analiza con un médico legista la documentación médica presentada por los terceros.
Una vez que contamos con el resultado de dichas pericias, comienza lo que llamamos la negociación del caso, donde a través del ofrecimiento de sumas de dinero, las partes buscarán ponerse de acuerdo en un monto que la compañía abonará a los damnificados con el fin de resarcir los daños sufridos.

La problemática que se presenta actualmente con esta operatoria, tiene que ver principalmente con tres situaciones: la cotización de los daños materiales, la determinación del valor de las lesiones y/o muerte y los plazos de pago. Todas ellas atravesadas transversalmente por una palabra que hace el trabajo aún más complicado: inflación.

Daños Materiales
La falta de repuestos importados, el elevadísimo costo de los arreglos y los repuestos, y la desactualización constante de los presupuestos, constituyen las principales problemáticas de esta cuestión.

Lesiones y/o Muertes
¿Cuál es el valor de una vida humana? ¿Cuáles son realmente las consecuencias de la incapacidad física generada por un accidente de tránsito y cuántos rubros asociados implica sufrir un accidente? En el caso de los fallecimientos, el valor de la vida trata de determinarse en base a la edad de la víctima, cantidad de familiares y relación con cada uno de ellos, actividad laboral, estudios, forma de vida, entre otros. Los rubros daño moral, incapacidad psicológica, tratamiento psíquico, son algunos otros de los que se considera ante el caso de una muerte.

En el caso de las lesiones, se determina la incapacidad de esa persona y se toma en cuenta ese valor para negociarlo, pero al igual que lo mencionado anteriormente, la inflación complica realmente la tarea del negociador, sobre todo si tenemos en cuenta el tiempo que transcurre desde que ocurrió el hecho hasta que finalmente se concreta el pago.

Plazos de Pago
Los plazos de pago de los siniestros son estipulados por las compañías de seguros, tenemos desde compañías que pagan a 15 días, hasta aquéllas que lo hacen a 45 días hábiles. Cuanto mayor sea el plazo de pago, más dificultad acarrea llegar a un acuerdo con los terceros, pues en el ofrecimiento aceptado deben tener en cuenta no sólo el tiempo que transcurrió desde el hecho, sino también el que pasará desde que se llega al acuerdo hasta que efectivamente se realiza el pago.