El valor de los eventos masivos musicales va más allá de las ganancias y beneficios económicos que puedan generar, ya que también deben ser espacios seguros donde los asistentes puedan dejar de lado los problemas y malos momentos por los que puedan estar pasando para bailar a un mismo ritmo y cantar al unísono. A pesar de lo positivo, la organización, logística y ejecución de eventos de tal magnitud representa una alta probabilidad de riesgos que puedan vulnerar a los asistentes, artistas, organizadores, así como el recinto donde se lleve a cabo.
Tan solo en 2022, el Lollapalooza Argentina marcó un hito en la historia de los festivales con 300 mil asistentes en el Hipódromo de San Isidro. Por ello, el establecimiento de protocolos de seguridad civil y sociales son elementales para garantizar que un festival se ejecute de acuerdo a lo planeado y con la menor probabilidad de enfrentarse a contratiempos.
La planeación de un evento de este tipo también conlleva un alto grado de responsabilidad, por ejemplo, en Toronto (Canadá) en 2012, el escenario de Radiohead colapsó dejando a 3 heridos y una persona sin vida, por ello una gestión de riesgos minuciosa y puntual debería ser parte de las funciones de los organizadores involucrados; asegurarse de que el venue cuente con los elementos necesarios para recibir multitudes y poder evacuarlas de forma segura y efectiva en caso de una emergencia, garantizar la seguridad de los asistentes, ser conscientes del entorno cambiante que rodee al festival, así como identificar una correcta combinación de estrategias de mitigación y transferencia de riesgos.
Teniendo en cuenta lo anterior, surge la pregunta: ¿A qué factores de riesgo se podría enfrentar un festival musical?
El mayor riesgo que la industria del entretenimiento musical puede enfrentar, son las variaciones en el interés de los aficionados, variaciones que de alguna u otra forma pueden tener consecuencias que impacten en todo el sector. Esto es extremadamente difícil de predecir con certeza, convirtiéndolo en un riesgo difícil de mitigar.
La planificación de contingencias es algo más factible para otros riesgos presentes, entre los que se incluyen:
- Lesión que pueda poner en peligro la carrera o vida de algún artista.
- Que algún artista no pueda presentarse por vuelos cancelados, logística o condiciones fuera de su control y del festival como enfermedades, etc.
- Riesgo de accidente que afecte a algún miembro de la audiencia o del staff a cargo de la operación del festival.
- Daños materiales o destrucción (por ejemplo, instalaciones, vehículos donde se transporte al talento o el equipo).
- Responsabilidad por eventos (por ejemplo, lesiones a los aficionados o al personal).
- Riesgos para la salud y la seguridad (el caso puntual de la pandemia).
- Fraude, malversación, falsificación o duplicación de boletos.
A todo riesgo, una mitigación. ¿Qué tipo de seguros existen para proteger un festival de música?
En términos generales, todos los operadores deben tener en cuenta un seguro de entretenimiento que, dependiendo el evento, debería contar con las siguientes líneas de cobertura:
- Seguro de bienes
- Seguro de responsabilidad civil
- Seguro de accidentes personales
- Cobertura de directores y gerentes
- Cobertura para el artista
- Seguro contra delitos
Más allá de estos fundamentos, las provisiones de cobertura que un individuo u organización debe perseguir varían. Los artistas individuales, entretanto, podrían desear cobertura especializada para posesiones personales de alto valor.
Otras líneas de especialidad que también vale la pena pensar son:
- Responsabilidad por eventos (incluida la cancelación y el abandono).
- Seguro de viaje.
- Flota de motores.
- Compensación a los trabajadores.
- Cobertura de lesiones que ponen en riesgo o finalizan la carrera de un artista.
“Contratar un seguro es una medida sumamente importante para garantizar la seguridad y la protección de los organizadores, los asistentes y cualquier otra parte involucrada en un festival”, menciona Alejandro Kato, CEO de Carpenter Marsh Fac. “Un análisis previo para poder identificar los riegos y prioridades del evento, ayudará a garantizar que éste se lleve a cabo según lo planeado y que cualquiera sea el problema que surja, pueda ser mitigado de la mejor forma posible”.