Asado como en casa
Concepto
La Pasión de Rosas es un restaurante privado -ubicado en Ezeiza- especializado en Costillar Asado, atendido por su propietario y mentor, César Leaños, que se caracteriza y diferencia por funcionar a puertas cerradas y solo con reserva previa. El lugar de pequeñas dimensiones no impide que su misión sea importante: servir el mejor costillar asado a leña de la región para todos los turistas y locales que lo visitan. «Queremos brindar la oportunidad de disfrutar un clásico costillar asado a leña, transformando así una simple y cálida experiencia, en momentos mágicos de encuentro y celebración», define su dueño.
Historia y nombre
Y quién mejor que César para contar la historia de La Pasión de Rosas en primera persona.
«Mi nombre es César Leaños, soy propietario de La Pasión de Rosas, un pequeño restaurante privado con especialidad en Costillar Asado, al que llamamos ‘Casa de Asado y Vino’. Pero estos nombres, en realidad, constituyen un homenaje a mi Abuelo, ‘el Gordo’, quien siempre juntaba a toda la familia -éramos 25- y cada domingo disfrutábamos el mismo menú que hoy presentamos e invitamos a todos a conocer. Abrimos las puertas de casa para que vivan una experiencia típica de una ‘familia argenta’. Ahora, me preguntarán ¿por qué La Pasión de Rosas? Resulta que cuando mi abuelo, ya grande, se cansa de asar, y tomo yo la posta y el honor de cocinar para mi familia, según mis tíos y el resto de los comensales, mis asados resultaron mucho más ricos. (N. del E.: risas). Así que un día dije que iba a poner una parrilla -sin creer que eso podría suceder finalmente- y jugábamos a ponerle nombre en la sobremesa. De ahí, salieron muchos nombres de típica parrilla argentina, entre ellos, ‘La pasión de los domingos’, ‘El asado del abuelo’, hasta que mi mamá propuso ‘La pasión de Rosas’ porque ‘Rosas’ era el primer nombre de mi abuelo. Todos giramos a mirarlo porque lo llamábamos ‘gordo’, ‘negro’ o, formalmente, ‘Alberto’, pero nadie sabía que su primer nombre era ‘Rosas’. Estallamos de la risa y siguió la tarde de mates con un nombre bien fuerte y marketinero: ‘La Pasión de Rosas’.
Los años pasaron y el ritual continuó intacto. Todos los domingos, llueva o truene, Boca o River, con o sin elecciones, no había motivo para suspender la juntada familiar”.
“Un año antes de la pandemia, me hice famoso con mis asados con brasileros porque trabajaba en São Paulo, Brasil. Primero, los invitaba yo, después la economía no me lo permitió y comencé a cobrar. Me hice conocido y comenzaron a aparecer comensales de Costa Rica, España, México, Alemania y hasta una nota un domingo en un diario de gran tirada. A partir de ahí, comenzó a venir el porteño a investigar cuál era mi propuesta y cuando estábamos en el mejor momento de crecimiento, llegó la pandemia. Trabajaba en aviación como instructor y estaba todo el día viajando por diferentes países, pero mi mundo aeronáutico había terminado con el Coronavirus. El plan B fue reformar mi casa y armar un salón para poder recibir comensales con todas las comodidades.
Al autorizar la apertura de los restaurantes, volvimos con todo. Nuestros clientes saben que este lugar es muy seguro, porque desde siempre cocinamos para pocas personas y con distancia entre mesas. Además, tenemos el parque y solo ingresan quienes tienen reserva, dado que no hay turnos ni rotación de mesa. Actualmente, no pienso volver a la aviación, sino apostar todo a la gastronomía, que ya se ha convertido en otra de mis pasiones».
La Pasión de Rosas
Es una casa de familia, también un ‘petit restó’, una sobremesa en el parque, un exquisito costillar asado, una experiencia de horas robadas al tiempo, una buena decisión, una copa siempre llena. «No lo decimos nosotros, sino quienes nos visitan», destaca César.
Ambiente
Quienes concurren a Berutti 287, Ezeiza, Provincia de Buenos Aires, son recibidos por el propio César en un ambiente cálido, tranquilo, con pocas mesas y un hermoso parque, donde los tiempos los maneja el comensal, sin urgencias ni turnos. Resulta el lugar ideal para ir a comer un rico costillar asado y tomar un buen vino con gente querida, y una larga sobremesa.
«Cada fin de semana, asamos para unas 30 personas, con el mismo y único menú que ofrecemos hace años. El ambiente es simplemente cálido, algo exclusivo y con mucha buena vibra para atender a nuestros comensales como corresponde. Queremos que lo disfruten tanto como nosotros lo hacemos, es por eso que necesitamos que entiendan la propuesta. Buscamos gente positiva, alegre, buena onda y, ¿por qué no? futuros amigos. Es importante saber que vienen a una casa, en la cual estamos felices de recibirlos, escucharlos y brindarles todo lo que esté a nuestro alcance para que su visita sea lo más agradable posible», define César Leaños.
Requisitos
Las reservas son anticipadas y únicamente por mensaje de WhatsApp al 1166666243. Como la atención es personalizada y no existe cartel a la calle para recibir a otros comensales, se solicita una seña de $1000 por persona a través de Mercado Pago, Pago Fácil o por transferencia bancaria. Esta condición no tiene excepción. El anticipo o seña es por persona, y de necesitar cancelar la reserva o informar la ausencia de algún invitado, debe ser comunicada con 24 horas de anticipación, para no perderla y aprovechar este anticipo en futuras fechas, ya que no se realiza el reintegro de la misma.
Por otra parte, la pandemia impuso otras medidas para preservar la seguridad de todos, como el uso de máscaras, barbijos o tapabocas para el personal y clientes en áreas públicas; alcohol en gel disponible para los comensales y el personal; mesas con distanciamiento social; menú virtual; condimentos de un solo uso o en paquetes individuales; pago sin contacto; y solo se puede asistir con reserva o llamada previa.
Gastronomía
La propuesta gastronómica de La Pasión de Rosas es el clásico asado argentino, con algunos sabores atesorados por la familia. El menú no cambia, siempre es el mismo, porque la idea es que cuando el cliente tenga ganas de comer un asado, piense en La Pasión de Rosas.
En materia de Entradas, las Empanadas de Carne, sabrosas y calentitas, son una excelente elección para abrir el apetito, mientras se espera el plato estrella.
Entre las Ensaladas, de Hojas Verdes, se puede optar por tomate, lechuga y cebolla morada; o rúcula, tomate y parmesano.
Entre las Guarniciones, sobresalen las clásicas Papas Fritas, crocantes por fuera y tiernas por dentro, que no pueden faltar en la mesa de los argentinos. También se pueden disfrutar con provenzal.
La vedette de la casa es el Asado Tradicional, un clásico argentino que nunca falla. Costillar de Ternera asado a leña, acompañado con chorizo y morcilla bombón, más un exquisito chimichurri.
El menú está acompañado por una bebida a elección: Botella de 500 ml (Coca Cola, Sprite o Agua) o una Copa del Vino de la Casa.
Y en materia de Postres, Budín de Pan, Flan o Postre de Estación.
Además, La Pasión de Rosas contempla un Menú Infantil, donde si bien la propuesta no fue pensada para los menores 10 años, éstos son bienvenidos y pagan el 50% del costo. Los bebes menores de 3 años que comparten el menú del adulto, no pagan.
Menu Vegetariano: la propuesta de un simple costillar asado puede ser reemplazada por unas ricas verduras asadas. Para ello, se solicita avisar con anticipación para prepararlas.
Menu Sin Tacc: casi todos sus productos son SIN TACC, pero como todavía no están libres cien por ciento, cuando el comensal lo solicita, el menú se adapta en algún paso en que no se pueda ofrecer esta condición.
Conclusión
La Pasión de Rosas es un ritual, sinónimo de confraternidad, donde comer un asado para un argentino, hoy en día, no sólo es degustar una carne exquisita, sino también reunirse con amigos o familiares y pasar un buen momento.
«Nuestra diversidad nos llevó a ser creativos, inquietos y a estar motivados, queriendo compartir nuestros logros con el mundo. Somos amistosos, sociables y extrovertidos, y por supuesto en nuestros asados siempre hay lugar para uno más. Nuestra visión es consolidarnos como el mejor lugar para comer el tradicional asado a leña de todo el país, manteniendo la esencia de la parrilla y conservándolo como un lugar emblemático de Ezeiza», concluye César Leaños.