Se define como energía renovable a aquélla que se obtiene a partir de fuentes naturales virtualmente inagotables, ya sea debido a la inmensa cantidad de energía que contienen o bien por su capacidad de regenerarse automáticamente por medios naturales. Se distinguen de los combustibles fósiles por su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del planeta, pero principalmente porque no producen gases de efecto invernadero ni emisiones contaminantes. Entre las llamadas energías renovables se destacan la eólica, la geotérmica, la hidroeléctrica, la mareomotriz, la solar, la biomasa y los biocarburantes. El seguro, en su calidad de socio profesional de riesgo, puede colaborar al desarrollo tecnológico, además de actuar como una protección fiable a la hora de disponerse a invertir en este sector.
Escribe Dra. Gabriela Álvarez

El cambio climático se ha convertido hoy en día en un eje central en las agendas de los diferentes países del mundo, llegando a ocupar, según el Reporte de Riesgos Globales 2021, realizado por el Foro Económico Mundial, el segundo lugar en el ranking de peligros mundiales.
¿De qué hablamos cuando decimos cambio climático? Este término hace referencia, ni más ni menos, a la variación del clima producida de manera natural o a través de la acción del hombre, que persiste por largos períodos de tiempo. Una de las principales causas del cambio climático, tiene que ver con el calentamiento global, esto es el aumento de la temperatura del planeta provocado por las emisiones a la atmósfera de gases de efecto invernadero derivadas de la actividad del ser humano, lo que provoca variaciones en el clima que de manera natural no se producirían. La Tierra ya se ha calentado y enfriado en otras ocasiones de forma natural, pero siempre en ciclos de millones de años, mientras que ahora y como consecuencia de la actividad humana, estamos alcanzando niveles que en otras épocas trajeron consigo extinciones en apenas doscientos años.

Cambio Climático & Calentamiento Global

En reiteradas oportunidades hemos escuchado mencionar el término efecto invernadero, éste hace referencia a un proceso natural que permite a la Tierra mantener las condiciones necesarias para albergar vida. Sin el efecto invernadero, la temperatura media del planeta sería de 18ºC bajo cero. La atmósfera está compuesta por diversos gases que, en la proporción adecuada, cumplen su cometido, sin embargo, cuando las actividades del ser humano aumentan la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera y ésta retiene más calor del necesario, se produce un aumento de la temperatura media del planeta, lo que da lugar al llamado calentamiento global.

Las principales causas del calentamiento global podemos definirlas como:
• Emisión de gases de efecto invernadero: gases como Dióxido de carbono (CO2), Metano (CH4), Compuestos halogenados, Ozono troposférico, Óxido de nitrógeno, provocados principalmente por la quema de combustibles fósiles para la generación de electricidad, el transporte, la calefacción, la industria, la edificación, la ganadería, la agricultura, el tratamiento de aguas residuales, entre otros.
• Aumento de la población: El número de habitantes del planeta crece exponencialmente. Ello implica una mayor necesidad de recursos, lo que acelera el aumento de la emisión de gases de efecto invernadero en todos los procesos de producción.
• Destrucción de ecosistemas terrestres y deforestación: Los bosques y selvas tropicales desaparecen a velocidad vertiginosa. En los últimos 10 años, se han destruido 13 millones de hectáreas. Los bosques son sumideros naturales de carbono que mediante la fotosíntesis absorben CO2 y devuelven oxígeno a la atmósfera.
• Destrucción de ecosistemas marinos: Los océanos también son sumideros de carbono, absorbiendo hasta el 50% del CO2 generado. Además de su destrucción, el principal inconveniente radica en que cuando alcanzan su límite, el océano se acidifica y se producen muertes y enfermedades de la flora y fauna marina.

Consecuencias del Cambio Climático

Estas variaciones bruscas en el clima son las principales responsables de consecuencias desastrosas que ponen en peligro la supervivencia en la tierra. Entre los principales impactos podemos mencionar: el derretimiento de la masa de hielo en los polos, que a su vez provoca el aumento del nivel del mar, lo que produce inundaciones, aumento de la aparición de fenómenos meteorológicos más violentos, tales como sequías, incendios, huracanes, ciclones, tifones, nevadas, la muerte de especies animales y vegetales, los desbordamientos de ríos y lagos, la aparición de refugiados climáticos y la destrucción de los medios de subsistencia y de los recursos económicos, especialmente en países en desarrollo.

 

Cómo frenar el avance del Cambio Climático

Diversas son las acciones que podemos tomar con la finalidad de detener, al menos en parte, el avance de las consecuencias generadas por el cambio climático. Se trata en definitiva de mitigar sus efectos, a través de la puesta en marcha de acciones tendientes a reducir y limitar las emisiones de gases de efecto invernadero, a través de una mayor inversión en energías renovables, una economía baja en carbono, la implementación de medios de transporte eficientes, entre otras. Asimismo, la adaptación al entorno en que vivimos aparece como algo fundamental, reducir la vulnerabilidad ante los efectos del cambio climático mejorando la infraestructura, realizando un adecuado tratamiento y depuración del agua, el desarrollo de un cultivo más flexible y variado con el objetivo de estar preparado frente a la aparición de catástrofes naturales. Todo ello debe darse en el marco de la colaboración internacional y la firma de acuerdos tendientes a fijar pautas de actuación contra el cambio climático.

El papel fundamental de las Energías Renovables

Podemos definir al término energía renovable como aquélla energía que se obtiene a partir de fuentes naturales virtualmente inagotables, ya sea debido a la inmensa cantidad de energía que contienen o bien por su capacidad de regenerarse automáticamente por medios naturales. Es así que las energías renovables son fuentes de energía limpias, inagotables y crecientemente competitivas. Se distinguen de los combustibles fósiles, principalmente, en su diversidad, abundancia y potencial de aprovechamiento en cualquier parte del planeta, pero principalmente en que no producen gases de efecto invernadero ni emisiones contaminantes. Por otra parte, sus costos evolucionan notablemente a la baja de forma sostenida, mientras que la tendencia general de costos de los combustibles fósiles aumenta crecientemente. Dentro de lo que llamamos energías renovables, podemos mencionar la energía eólica, la geotérmica, la hidroeléctrica, la mareomotriz, la solar, la biomasa y los biocarburantes.
Paradójicamente, podemos decir que el consumo de energía es uno de los principales medidores del progreso y bienestar de una sociedad. Un modelo económico como el actual, cuyo funcionamiento depende de un continuo crecimiento, exige también una demanda igualmente creciente de energía y debido a que actualmente las fuentes de energía fósil y nuclear son finitas, es inevitable que en un determinado momento la demanda no pueda ser abastecida y todo el sistema colapse. Para evitar estas consecuencias, es fundamental la aparición de energías alternativas, un cambio que inevitablemente tendrá que darse durante el transcurso de ese siglo.
No obstante ello, resulta fundamental entender que las energías alternativas, aun siendo renovables, como cualquier otro recurso natural, tienen un potencial máximo de explotación, lo cual indica que continuar con el modelo económico actual basado en el crecimiento perpetuo no resulta viable, es necesario dar un giro hacia el concepto de desarrollo sostenible, el cual se basa principalmente, en el uso de fuentes de energía renovable, el uso de fuentes limpias, abandonando los procesos de combustión convencionales y la fisión nuclear, la explotación extensiva de las fuentes de energía, fomentando el autoconsumo, que evite en la medida de lo posible la construcción de grandes infraestructuras de generación y distribución de energía eléctrica, la disminución de la demanda energética, mediante la mejora del rendimiento de los dispositivos eléctricos hogareños, la toma de conciencia de la realización de un consumo energético responsable, entre otras acciones.

Fuentes Renovables de Energía

Dentro de las fuentes renovables de energía podemos citar:
• Energía hidráulica.
La energía potencial acumulada en los saltos de agua puede ser transformada en energía eléctrica. Las centrales hidroeléctricas aprovechan la energía de los ríos para poner en funcionamiento turbinas que mueven un generador eléctrico. Uno de los recursos más importantes cuantitativamente en la estructura de las energías renovables es la procedente de las instalaciones hidroeléctricas; una fuente energética limpia y autóctona pero para la que se necesita construir las necesarias infraestructuras que permitan aprovechar el potencial disponible con un coste nulo de combustible. El inconveniente que presenta este tipo de energía radica en que depende de las condiciones climatológicas.

• Energía solar.
Este tipo de energía, trata de aprovechar la energía del sol a través del uso de paneles solares y convertirla en calor, con diversos fines: obtener agua caliente para consumo doméstico o industrial, calefaccionar ambientes, entre otras. En la agricultura se puede conseguir otro tipo de aplicaciones como invernaderos solares que favorecieran las mejoras de las cosechas en calidad y cantidad, los secaderos agrícolas que consumen mucha menos energía si se combinan con un sistema solar, y plantas de purificación o desalinización de aguas sin consumir ningún tipo de combustible.
Mediante colectores solares, la energía solar puede transformarse en energía térmica, y utilizando paneles fotovoltaicos la energía lumínica puede transformarse en energía eléctrica. Ambos procesos nada tienen que ver entre sí en cuanto a su tecnología. Asimismo, en las centrales térmicas solares se utiliza la energía térmica de los colectores solares para generar electricidad. Una importante ventaja de la energía solar radica en que permite la generación de energía en el mismo lugar de consumo, mediante la integración arquitectónica en edificios, eliminando casi por completo los gastos de transporte.

• Biomasa.
La vida a partir de la energía solar se lleva a cabo por el proceso denominado fotosíntesis vegetal, mediante la cual las plantas que contienen clorofila, transforman el dióxido de carbono y el agua de productos minerales sin valor energético, en materiales orgánicos con alto contenido energético y a su vez sirven de alimento a otros seres vivos. La biomasa mediante estos procesos almacena a corto plazo la energía solar en forma de carbono. La energía almacenada en el proceso fotosintético puede ser posteriormente transformada en energía térmica, eléctrica o carburantes de origen vegetal, liberando de nuevo el dióxido de carbono almacenado.

• Energía eólica.
Hace referencia a la energía obtenida a través de la fuerza del viento, es decir, mediante la utilización de la energía cinética generada por las corrientes de aire. Se obtiene mediante la utilización de unas turbinas eólicas que convierten la energía cinética del viento en energía eléctrica por medio de aspas o hélices que hacen girar un eje central conectado, a través de una serie de engranajes a un generador eléctrico.
Se trata de una energía limpia y una de las menos costosas de producir, lo que explica el fuerte entusiasmo por sus aplicaciones. De entre todas ellas, la más extendida, y la que cuenta con un mayor crecimiento es la de los parques eólicos para producción eléctrica. Un parque eólico consiste en la instalación integrada de un conjunto de aerogeneradores interconectados eléctricamente, que suelen tener tres aspas, de unos 20-25 metros, unidas a un eje. El elemento de captación o rotor que está unido a este eje, capta la energía del viento. El movimiento de las aspas o paletas, accionadas por el viento, activa un generador eléctrico que convierte la energía mecánica de la rotación en energía eléctrica.
Los aerogeneradores pueden trabajar solos o en parques eólicos, sobre tierra formando las granjas eólicas, sobre la costa del mar o incluso pueden ser instalados sobre las aguas a cierta distancia de la costa en lo que se llama granja eólica marina, la cual está generando grandes conflictos en todas aquellas costas en las que se pretende construir parques eólicos.
El gran beneficio medioambiental que proporciona el aprovechamiento del viento para la generación de energía eléctrica tiene que ver con el ahorro en el nivel de emisiones gaseosas y su contribución a la estabilidad climática del planeta. Asimismo, el desarrollo de este tipo de energía puede reforzar la competitividad general de la industria y tener efectos positivos y tangibles en el desarrollo regional, la cohesión económica y social, y el empleo.

• Energía geotérmica.
Es aquella energía que puede ser obtenida por el ser humano mediante el aprovechamiento del calor del interior de la Tierra. Parte del calor interno de la Tierra (5.000 °C) llega a la corteza terrestre. En algunas zonas del planeta, cerca de la superficie, las aguas subterráneas pueden alcanzar temperaturas de ebullición y, por lo tanto, servir para accionar turbinas eléctricas o para calentar.

• Energía marina.

 Este tipo de energía, hace referencia a la producida por las olas del mar, las mareas, la salinidad y las diferencias de temperatura del océano. El movimiento del agua en los océanos del mundo crea un vasto almacén de energía cinética o energía en movimiento. Esta energía se puede aprovechar para generar electricidad que alimente las casas, el transporte y la industria.

• Hidrógeno verde.
La producción del hidrógeno verde es una tecnología innovadora que puede ayudar a la descarbonización del sector energético y es una alternativa prometedora a los combustibles fósiles, que puede acelerar la transición energética en la lucha contra el calentamiento climático.
A pesar de que el hidrógeno se puede producir de muchas formas, la tecnología más interesante y prometedora es la producción de hidrógeno a través de la electrólisis del agua. En este proceso, la electrólisis descompone el agua en hidrógeno y oxígeno mediante el uso de electricidad. Si la electricidad utilizada proviene de fuentes de energía renovables como la energía eólica o la energía solar, entonces todo el proceso energético se haría sin generar nada de contaminación. En este caso, estaríamos hablando de «hidrógeno verde».

Energias Renovables y Seguros

Como todo progreso y mejora de las condiciones, sus resultados podremos verlos en el mediano y largo plazo, aunque difícilmente de manera inmediata. Pero para ello, resultan fundamentales las acciones que podamos realizar en el presente para mitigar las consecuencias negativas a futuro, ya que es la única forma de asegurar la subsistencia de nuestro planeta.
Obviamente, la obtención de energías renovables por parte de una empresa, supone en este primer momento una importante inversión en la construcción de los diversos dispositivos que permitirán la obtención de dicha energía limpia.
Ante esta situación, junto a las diversas oportunidades que este tipo de energía otorga, también supone grandes retos para todos los involucrados, no olvidemos que desde el punto de vista técnico se trata de un campo de muy pocos años de experiencia. Y es allí donde el seguro, en su calidad de socio profesional de riesgo, puede colaborar al desarrollo tecnológico, además de actuar como una protección fiable a la hora de disponerse a invertir en este sector.

Atravesando el proceso de transformación de la economía hacia un mundo más sostenible, ámbitos como las energías renovables y las infraestructuras están hoy en día en el centro de todas las miradas. En este escenario de incertidumbre en el que surgen numerosos retos, los seguros juegan un rol fundamental en la transferencia de riesgos que permitirá a las compañías acometer sus planes de inversión con la máxima seguridad posible. La energía renovable se convierte así no sólo en parte de la solución al cambio climático, sino también, como uno de los principales motores del crecimiento económico futuro.

En nuestro país, existen aseguradoras que brindan productos para este tipo de riesgos, tendientes a cubrir la construcción y el montaje, como así también la fase operacional de parques eólicos y fotovoltaicos. No obstante, las principales coberturas que se brindan para estos riesgos tienen que ver con: Incendio y Todo Riesgo Operativo, Cobertura de daños materiales, riesgos de la naturaleza y pérdida de beneficios consecuencial, Construcción y Montaje, Riesgos en estructuras de producción energética renovable, Transportes, Responsabilidad Civil, Cauciones.

• Energía Eólica: Daños materiales en góndolas, Rotura de generador, engranajes o transformadores, Daños en palas a consecuencia de rayos, Daños a consecuencia de daños de la naturaleza, Robos de contenidos.

• Energía Solar: Daños en placas solares fotovoltaicas, Rotura de inversores o transformadores, Robo de piezas internas, Afectación por daños de la naturaleza, Daños por granizo.

• Biocombustibles: Incendio y/o explosión en destiladores, Derrame y contaminación súbita y accidental de sustancias, Rotura de maquinarias y/o equipos, Rotura de bombas y molinos, Daños de la naturaleza, Robo de mercaderías.