Seguimos celebrando nuestro aniversario 29. Esta vez, dialogando con Juan Carlos Mosquera, Presidente de Aseguradores del Interior de la República Argentina (ADIRA); Alfredo González Moledo, Presidente de la Asociación Argentina de Cooperativas y Mutualidades de Seguros (AACMS); Carlos Enrique Grandjean, Presidente de Asociación de Aseguradores Argentinos (ADEAA), y Alberto Durán, Presidente de la Asociación Argentina de Liquidadores y Peritos de Seguros (AALPS), sobre los temas que preocupan al mercado.
Escribe Lic. Aníbal Cejas

Uno de los rasgos que dejará la pandemia es una mayor preponderancia de la tecnología en la gestión de las aseguradoras. Al respecto, Juan Carlos Mosquera, Presidente de Aseguradores del Interior de la República Argentina (ADIRA), reflexionó: «La pandemia aceleró la digitalización de las empresas, pero algunos sectores ya habían comenzado el proceso mucho antes de la irrupción del Covid19 y eso posibilitó desarrollar las operaciones sin inconvenientes y atender rápidamente las necesidades de los clientes. La industria aseguradora es uno de los sectores que se volcó en la transformación digital hace tiempo y demostró desde el inicio de esta crisis sanitaria que cuenta con respaldo tecnológico para facilitar las operaciones a sus clientes y garantizarles un mejor servicio».

 

Balances

Ha concluido el ejercicio económico 2020/2021. Conoceremos las cifras en unos meses. Tal como ocurrió en el cierre del 30 de junio del año pasado, este ejercicio ajustará por inflación algunas de sus variables. Ello se verá expresado en el Resultado por Exposición a los Cambios en el Poder Adquisitivo de la Moneda (RECPAM).
El Ajuste por Inflación de Estados Contables es un método que se aplica para ajustar rubros no monetarios del Activo y del Pasivo.
Como consecuencia de ello, el ejercicio 2019/2020 arrojó un Resultado Técnico positivo de $ 12.019 millones.

En palabras de Carlos Enrique Grandjean, Presidente de la Asociación de Aseguradores Argentinos (ADEAA), «el efecto más visible que estamos notando bajo las normas vigentes actuales de ajuste por inflación es una mejoría en los resultados técnicos en detrimento de los resultados financieros».
«Por otra parte -añadió-, ya en los balances a marzo, y posiblemente en los próximos balances, en la medida que se mantenga muy alta la tasa de inflación, que la tasa de interés se mantenga por debajo de la misma, que se mantengan las normas actuales y que se mantenga la recesión, es posible que también empecemos a notar más números en rojo en los balances, ya que la técnica del ajuste por inflación actual asume como índice general para el ajuste al IPC que se ha disparado en los últimos meses, y en las condiciones actuales es difícil que los grandes números que hacen al balance puedan situarse por encima de los de la inflación. Sin dudas, este será un nuevo desafío para el mercado en el próximo ejercicio».

¿Es suficiente con que el resultado técnico sea positivo por efecto del REPCAM o el mercado tiene que trabajar todavía más en mejorar la ecuación técnica?
Según Mosquera, «el mercado sin ningún tipo de duda tiene que seguir trabajando para alcanzar resultados técnicos lo más equilibrados posibles independientemente del efecto que el REPCAM haya producido en los balances». Y añadió: «La fuerte competencia de precios -histórica en nuestro mercado- no contribuye a ese logro. Fenómenos como la inflación y apreciación del tipo de cambio tampoco ayudan. Tengamos presente que los resultados financieros no son lo que en otros momentos, y eso necesariamente exige mayor cuidado en los resultados técnicos».

Tomando la posta sobre este tema, Alfredo González Moledo, Presidente de la Asociación Argentina de Cooperativas y Mutualidades de Seguros (AACMS), analizó los efectos de la reducción de la rentabilidad financiera en la solvencia de las Compañías: «La rentabilidad financiera está contemplada en la prima. La prima de seguros está compuesta por la tasa de riesgos pura, o sea, frecuencia siniestral, y los gastos administrativos. Pero la disminución de la rentabilidad financiera que se obtiene de las inversiones de las reservas también afecta la ecuación de las aseguradoras en forma directa. Si baja la rentabilidad financiera hay que aumentar la tarifa, porque si no, los números no cierran. Simplemente es un problema actuarial, pero es real».

Según el ejecutivo, la caída de los rendimientos financieros se debe a dos factores: «Por un lado, la caída de las cotizaciones de títulos públicos y acciones en general en el mercado de capitales argentino. Y por otro, restricciones a las inversiones en dólares y cambios normativos en la estructura de los instrumentos financieros elegibles por parte de las aseguradoras. Casi la mitad de las inversiones de las compañías están en bonos del Estado. El seguro financia al Estado en una medida importante».

Juan Carlos Mosquera, Presidente de Aseguradores del Interior de la República Argentina (ADIRA); Carlos Enrique Grandjean, Presidente de la Asociación de Aseguradores Argentinos (ADEAA); Alfredo González Moledo, Presidente de la Asociación Argentina de Cooperativas y Mutualidades de Seguros (AACMS).

Juicios

La mochila judicial es otra de las variables que preocupan a los aseguradores. Muchas entidades tienen una política proactiva, y tratan de reducir su stock de juicios. Aun así, según datos de la SSN, el mercado cargaba -al 31 de diciembre de 2020- con unos 458.592 juicios en trámite.
Uno de los aspectos complicados de esta situación es que las tasas con las que se actualizan los juicios superan los posibles rendimientos financieros que las entidades pueden lograr con sus inversiones.
González Moledo se refirió al impacto en los balances del aumento de los pasivos judiciales: «Eso es tan negativo como la caída de los rendimientos financieros. Existe un falso concepto de que el seguro es un barril sin fondo de dinero en el que todo el mundo mete la mano y saca. Un ejemplo son las diversas iniciativas para grabar con más impuestos al seguro para favorecer otros sectores o actividades, como el mal llamado ‘seguro verde’.
En la Justicia ocurre algo parecido. La jurisprudencia de los últimos años trajo aparejado un incremento brutal de las indemnizaciones donde el porcentaje de incapacidad por la pérdida de un dedo de una persona (algo que es lamentable y doloroso) es valuado por algunos tribunales casi como una incapacidad total y permanente, algo que hace unos años no ocurría. Cuando a esto se suma que los montos de las sentencias se actualizan por tasas de interés activas (mientras que las aseguradoras logran intereses menores, similares a los de las tasas pasivas) se llega a montos de sentencias altísimos, que minan las reservas, y que no pueden ser compensados por los rendimientos financieros.
Los gastos causídicos deberían regirse, como en otros países, por algún tipo de baremo, porque también hay mucha diferencia en las distintas jurisdicciones del país.
Por otra parte, hay sentencias en las que se desconoce el límite de cobertura, argumentando que el seguro no puede oponer límites a terceros, cosa que es una locura porque el seguro es un contrato entre la aseguradora y el asegurado. Pero algunos jueces ignoran esto y sostienen que el resarcimiento al tercero tiene que ser integral, y sin límites. Es gravísimo».

Otro aspecto es que la disparidad de criterios en las distintas jurisdicciones y juzgados también dificulta la previsibilidad de estos pasivos. En este sentido, Mosquera reflexionó: «En Argentina hay una verdadera federalización del derecho. Es decir, cada provincia tiene su propia particularidad y, a su vez, cuando se hace un análisis por jurisdicción nos encontramos con gran disparidad, incluso dentro de la propia ciudad donde hay más de un juzgado. Tenemos casos concretos dentro de una misma jurisdicción donde nos encontramos con decisiones judiciales totalmente distintas en cuanto a los criterios de la tasa de interés a aplicar. En general, es la tasa activa la más aplicada, pero insisto en que hay una enorme variedad de criterios en torno a esta cuestión; se han conocido casos donde además de la tasa activa se ha adicionado un 8 o un 10% anual. Estas situaciones provocan un descalce importante en los pasivos de las aseguradoras, ya que hoy resulta casi imposible obtener tasas de rentabilidad de ese calibre».

Agenda

Luego, González Moledo se refirió a los temas que dominan la agenda de la AACMS: «En este momento, se está trabajando en el perfeccionamiento del sistema de reaseguro que brindamos a nuestros clientes, cláusulas de reaseguro, discutiéndolas con todos los miembros de la asociación.
También, seguimos con buen diálogo con la Superintendencia de Seguros de la Nación.
Seguimos muy de cerca los proyectos de ley que afectan a nuestra actividad, que se elaboran en el Congreso Nacional. En este sentido, hace poco nos hemos reunido (junto a las otras cámaras empresarias del sector) con el Senador Maurice Closs a raíz de una iniciativa para crear un fondo para impulsar la forestación (otra vez). Pero esta vez sería por ley, de manera obligatoria (la iniciativa anterior era optativa). Allí fijamos nuestra posición rechazando el proyecto y explicando que la actividad aseguradora no genera gases contaminantes y que, por ello, no tendríamos que ser grabados para desarrollar la forestación para beneficiar al medio ambiente.
Además, no tenemos buenas experiencias con estos fondos que se crean para fines específicos, pero luego no hay una rendición seria de esa inversión o se terminan destinando a otros fines. Volviendo a los canales de diálogo con la SSN, valoramos la intención de que las cámaras participemos en el debate de ideas antes de que el organismo de control emita resoluciones importantes que nos afectan».

Mosquera también se refirió a la agenda de trabajo de ADIRA: «Este año una de las líneas de trabajo de la entidad tiene que ver con promover a nivel nacional la construcción de una cultura aseguradora, una cultura de la confianza, que es la esencia del seguro y es una característica que históricamente se destaca en las cooperativas y mutuales que integran ADIRA. Crear cultura aseguradora es generar conocimiento sobre el rol de los seguros en la sociedad. Es difundir y concientizar sobre la importancia de tomar los seguros adecuados. Es generar la confianza suficiente en la comunidad para que elijan contratar los seguros que les permitirán transferir sus riesgos a las aseguradoras, y así estar cubiertos ante esos no deseados pero posibles eventos, resguardando su patrimonio o bien facilitando la continuidad educativa o laboral, por ejemplo. Además, así como el asesoramiento de los productores asesores es fundamental, el marco regulatorio y medidas que favorezcan el aseguramiento también colaboran. Crear conciencia aseguradora es un desafío e interés de toda la industria aseguradora. Por otra parte, atendiendo a la importancia estratégica del agro para la economía nacional en general, es que desde ADIRA se busca desarrollar el seguro para riesgo agrícola sobre eventos catastróficos como sequía o inundación.
Desde la entidad están trabajando con proyectos muy concretos para este tipo de coberturas. Las compañías asociadas a ADIRA conocemos en profundidad la problemática agropecuaria, representamos más del 25% de la producción del mercado argentino y el 60% del seguro agrícola del país».

Los riesgos que se potenciaron con la pandemia

A continuación, Grandjean se refirió a los riesgos que se potenciaron con la pandemia. En este sentido, afirmó: «La pandemia significó para todos nosotros, tanto individuos como empresas, un cambio brutal en nuestros hábitos en la vida diaria, lo que a su vez se traduce, en términos de riesgos, en un fenomenal cambio en los mismos. A raíz de estos cambios, surgieron nuevas necesidades de coberturas.
En seguros de transportes, todo el cambio en logística y en los hábitos de consumo on line, trajo aparejado un enorme movimiento en motos y utilitarios transportando mercaderías por todo el país y potenciando este ramo.
En embarcaciones de placer, frente a ciertas restricciones en el turismo y en materia de ocio en lugares cerrados, se potenciaron actividades al aire libre, lo que implicó un aumento en la demanda de lanchas, cruceros y veleros. El mismo razonamiento aplica para el aseguramiento de bicicletas y otros equipos de entrenamiento al aire libre.
Como dijéramos anteriormente, en el ramo automóviles, hubo un aumento en la demanda de seguros de motos y utilitarios, a veces en detrimento de la cobertura de camiones.
En seguros de robo y técnico, mayor necesidad de aseguramiento de equipos electrónicos móviles como celulares, tablets, laptops y consolas de juego. La modalidad de teletrabajo y el mayor confinamiento en nuestros hogares, trajo aparejado la mayor necesidad de equipamiento hogareño y también se potenció el ramo en integral de familia.
Por último, la mayor conciencia en la importancia de nuestras vidas y nuestra salud ha generado una mayor demanda de productos en materias de seguros de vida, accidentes personales, salud y asistencia médica en viaje».

 

Siniestralidad

Los cambios en los riesgos por la pandemia también impactaron en la siniestralidad.
«La siniestralidad y su estimación, en los ramos de cola larga, como automóviles y riesgos del trabajo, en un contexto de alta inflación, baja tasa de interés real, bruscos cambios de hábito en la movilidad de las personas y competencia tarifaria feroz, pasan a ser también un gran desafío para el mercado -remarcó Grandjean-. En el caso de riesgos del trabajo, agravado por la incorporación de la cobertura del COVID.
Podemos decir que, hasta ahora, la siniestralidad en estos ramos ha sido medianamente satisfactoria, pero esperamos un deterioro de la misma en la medida que se mantenga la fuerte guerra tarifaria actual. En los ramos de cola corta, se observa un cierto deterioro de la siniestralidad, especialmente en coberturas que tienen cierto grado de riesgo moral, y también en lo que hace a la inseguridad en general».
Después, en relación específicamente a la siniestralidad judicial, puntualizó: «Sin dudas que hubo una cierta siniestralidad judicial ‘dormida’ en el ejercicio pasado producto de la larga feria judicial y de ciertas restricciones en la digitalización de los juzgados. Sin embargo, actualmente, ya notamos que los mismos, en su gran mayoría, ya se han adaptado a la digitalización y a las audiencias en línea. Por lo tanto, ya estamos notando actualmente que los expedientes se están ‘despertando’ rápidamente».

Asimismo, Grandjean se refirió al efecto de la mayor digitalización de las empresas en sus costos: «Yo diría que los costos no se han reducido de manera global aún. Básicamente, lo que estamos verificando actualmente son dos cosas.
Por un lado, el nivel de servicio al PAS y al asegurado tiende a generar mayor valor agregado, producto de las inversiones en tecnología, lo que hace que la información esté disponible de manera más simple y más rápida y a través de diversas herramientas digitales.
Por el lado de los costos, hay una disminución de los gastos que ya no venían generando valor agregado (impresión y traslado de pólizas por todo el país, por ejemplo) pero a su vez se genera una necesidad de invertir millonarias sumas de dinero en tecnología para poder sobrevivir a esta nueva revolución tecnológica.
En la ecuación final, se produce un fuerte aumento en el valor agregado y en el servicio, pero no se verifica aún una disminución general de los costos».

 

Hoja de ruta

Por último, el ejecutivo se refirió a la agenda de trabajo de AdeAA: «Los temas que nos ocupan son:
Cómo superamos y salimos fortalecidos las aseguradoras que integramos AdeAA de esta pandemia.
Cómo incorporamos nuevas aseguradoras íntegras, profesionales y con vocación de servicio.
Qué valor aportamos a las mesas de trabajo que ha desarrollado la SSN.
Cómo hacemos para lograr una menor presión impositiva al sector.
De qué manera transitamos la transformación tecnológica de nuestras aseguradoras.
Cómo hacemos para contener la judicialidad.
De qué manera entablamos nuestra relación estratégica con los productores asesores de seguros y las Cámaras que los agrupan».

 

Tiempo y coherencia

«El seguro no es una actividad que pueda ser pensada para el corto plazo -destacó González Moledo-. El seguro tiene como base y sustento la formación de reservas, la constitución de un capital que aumente y con eso crear realmente la espalda de la entidad aseguradora para el pago.
Por ello es que los abruptos cambios en la regulación me parecen muy negativos para el mercado. En el reaseguro, pasamos en pocos años de una política de reaseguro con amplísimo porcentaje de transferencia al exterior a otra en la cual había que retener la inmensa mayoría de los riesgos en el país. De buenas a primeras te cambian las reglas de juego. Y lo anterior es solo un ejemplo.
El seguro es la respuesta a una necesidad. Prácticamente todo se puede asegurar. Pero se necesita tiempo para la constitución de reservas suficientes y de capital para solventar los daños declarados en la cobertura».
En otro momento de la charla también dedicó un párrafo a cuestionar ciertas prácticas de algunos operadores: «Debo ser honesto, no nos olvidemos que también hay incoherencia en los aseguradores. No todos los aseguradores hacen lo que deben. Por ejemplo, en el seguro obligatorio de consorcios (a prorrata, sobre la suma total asegurada y valor a nuevo) los operadores llevaron las reglas a una situación tal, que se está asegurando exclusivamente los espacios comunes y las escaleras. Pero al propietario no. Para el propietario esto es confuso. Pocos saben que sus propios departamentos no están asegurados en estas pólizas. Y en otras coberturas pasa algo similar. Son problemas que también deberían ser corregidos. Las malas prácticas se imponen por el afán de ganar prima. No se respetan las tarifas técnicas».

Alberto Durán, Presidente de la Asociación Argentina de Liquidadores y Peritos de Seguros (AALPS)

LIQUIDADORES

El Presidente de la Asociación Argentina de Liquidadores y Peritos de Seguros (AALPS), Alberto Durán, sostuvo que la situación de la profesión y de los liquidadores de seguros en el mercado argentino es «complicada, tanto desde el punto de vista operativo cuanto en el aspecto económico».
En cuanto a lo primero, dijo: «Las limitaciones del trabajo no presencial, en la medida que muchos siniestros requieren de inspección para poder ahondar el análisis causístico, desarrollar investigaciones de campo, verificación in situ, etc.; elementos cuya carencia conspira contra el mejor resultado técnico de nuestra gestión. En ese sentido, es importante la comprensión de nuestras mandantes las Aseguradoras, que en el actual contexto deben entender y asumir que no solo el fraude es cada vez mayor sino la simple exageración de los reclamos, las pretensiones desmedidas y no documentadas; todo ello de la mano de una suscripción más laxa y flexible que asegura riesgos que no deberían haber sido asumidos sin una adecuada evaluación previa».
En cuanto al segundo punto relacionado con lo económico, manifestó: «La inflación ha minado la rentabilidad de nuestro negocio, en una crisis que va de la mano de una escala de honorarios magra y desactualizada, y un escaso reconocimiento a la aplicación de recursos para la gestión de liquidación, todo lo cual va en contra de lo que debiera ser un incentivo para un mejor ejercicio profesional. Así, lejos de jerarquizar la profesión se la ‘iguala’ hacia abajo, en un ‘ahorro’ mal entendido que da lugar a la intervención de prestadores no profesionales y no matriculados, en una tendencia cada vez más difícil de revertir».

 

Fraude

¿Aumentó el Fraude en la pandemia? ¿En cuáles ramos? Sobre estos temas, Durán detalló: «Los que tenemos muchos años en el mercado sabemos que en épocas de crisis los fraudes se incrementan. La pandemia en particular sumó como algo inédito, la no presencialidad, que obviamente contribuye a la maniobra dolosa por las limitaciones de la labor remota, en especial en los ramos patrimoniales que concentran nuestras intervenciones, (líneas personales, combinados e integrales, Automotores, Incendio, Seguros Técnicos, TRO, Responsabilidad Civil, etc.); esto más allá de que los sistemas de video peritación y otros métodos digitales nos han dado un excelente resultado, que permitió a las Aseguradoras brindar el servicio de liquidación a sus clientes por nuestro intermedio y cumplir con sus obligaciones contractuales.
A modo de ejemplo, vale citar los casos de daños materiales por deficiencias eléctricas, fenómenos climáticos, incendios, accidentes y otras causas de difícil encuadre técnico y/o comprobación, incluyendo robos, hurtos, infidelidades, faltantes indeterminados, daños a terceros por operaciones y/o productos, duplicidad de coberturas, pluralidad de seguros, etc., para los cuales el sistema FENIX de uso exclusivo de la AALPS se ha convertido en una herramienta sumamente valiosa para combatir el fraude».

 

Infraseguro

El fenómeno del infraseguro obedece a varios factores, que Durán sintetizó de la siguiente manera: «Una parte sustancial del problema parte del desconocimiento de los Asegurados de las prestaciones ‘A Prorrata’, sumados a la falta de un asesoramiento profesional a la hora de la suscripción, limitaciones económicas para afrontar una prima acorde con el riesgo cubierto, periodicidad de las vigencias, etc.
Por otro lado, en nuestro medio se suelen contratar pólizas con Sumas Aseguradas en Pesos, sin un adecuado análisis al suscribir ni revisión al renovar, y sin la aplicación de Cláusulas de Ajuste automático. Todo ello, en un escenario de inflación como el actual, conlleva a la aplicación de recurrentes Infraseguros, que en una liquidación de daños ‘A Prorrata’ dará lugar a un resarcimiento parcial, en directa relación con la proporción de cobertura que se hubiere asumido».

A continuación, destacó la importancia del correcto asesoramiento del productor de seguros para evitar el infraseguro: «En mi opinión, la importancia del PAS no solo reside en evitar el Infraseguro sino en la oferta de un asesoramiento integral al Asegurado que se presume lego en la materia.
Ese profesionalismo es lo que se espera del PAS cuando debe asistir a quien se acerca al Seguro, en general desconociendo las ventajas de un ‘servicio a medida’ que un idóneo puede brindarle para la contratación de un producto apropiado y eficiente, tanto en lo técnico cuanto en lo económico, que permita garantizarle el correcto amparo del riesgo que se pretende asegurar».

 

Siniestros

Más adelante, el especialista sostuvo que es muy importante que las aseguradoras puedan mejorar la atención de siniestros. Y en base a su extensa trayectoria en la profesión, se permitió señalar algunas claves: «Sin dudas la atención personalizada sigue siendo un valor agregado insuperable, tanto para la recepción de una denuncia cuanto para su encuadre técnico preliminar, a fin de evitar falsas expectativas. También para asentar datos correctos de contacto, facilitar la tramitación mediante el vínculo entre el PAS y el Liquidador, brindar instrucciones de requisitorias documentales precisas, etc.; todo lo cual contribuye a mejorar el servicio, agilizar los tiempos de gestión y optimizar sus resultados. Naturalmente, para que ello suceda es imprescindible invertir en la capacitación de todos los actores».

 

Perspectivas

Para finalizar, Mosquera evaluó las perspectivas del sector para lo que resta del año: «El mercado asegurador en su conjunto es un sector dinámico y en constante crecimiento, que cumple con su misión de preservar el patrimonio de los asegurados y proveer servicios de calidad. Las compañías que forman parte de ADIRA tienen por vocación acompañar el desarrollo del mercado asegurador en su conjunto y de las economías regionales en particular, con productos adaptados a sus necesidades. En suma, trabajar para construir un mercado sólido y previsible que garantice los derechos de los asegurados. Es indubitable que el mercado se verá afectado por el devenir de la actividad económica en general, de allí que constantemente se analizan, estudian y generan nuevas alternativas y forma de comercialización y coberturas de cara a la salvaguarda de los asegurados».