Historia
El 6 de Octubre de 2016 abrió sus puertas Inmigrante, un restaurante de cocina y grossería argentina donde el menú tiene como esencia las recetas inmigratorias que han sido traídas por los extranjeros que llegaron a nuestro país con las oleadas de inmigración europeas.
El chef Leandro Di Mare, con más de 15 años de experiencia en el rubro gastronómico -fue docente de Ott College e Ingrid Cuk, Chef Ejecutivo del Hotel Mío Buenos Aires, ART Catering y Jefe de cocina del restaurante Tarquino-, junto a su mujer Daiana Carena, dieron forma a este restaurante con estilo de bodegón, precios razonables y muy buena cocina, utilizando productos de primera calidad y técnicas de cocción de alta gama.
En el bullicioso barrio de Palermo, Inmigrante se encuentra emplazado en una antigua casona que posee un carácter regional e industrial, que juega a su vez con el estilo de su gastronomía y remite a esta fusión entre lo nacional y la época de las inmigraciones, aires argentinos con una mezcla de industrialización.
Su apertura se produjo en medio de mucha expectativa, trabajo y esfuerzo. La idea surgió entre varios integrantes de la familia de Leandro, quien deseaba hacer una cocina rica, basada en recetas clásicas con ingredientes típicos locales, como la comida de la abuela, es decir, recetas con herencia. De este concepto surge el nombre ‘Inmigrante’, en honor a todos aquellos que vinieron al país, sobre todo a su abuelo Rafael Dimare, padre de su papá Luis Dimare, que es también su socio en el restaurante, ya que gran parte de todo este proyecto le pertenece. Luis fabricó las mesas de todo el restaurante, las vigas que sostienen la iluminación, así como también el frente de hierro que forma un jardín de invierno donde tienen la huerta. Daiana, la mujer de Leandro, también forma parte del equipo y es una pieza fundamental de la empresa, ya que armó todo el branding de la marca y se encarga del día a día. Juan Manuel, hermano de Leandro, tiene a cargo el área administrativa del negocio, recibe a los proveedores y maneja todo lo referido a los números, un sector muy importante en el restaurante. Como puede verse, en Inmigrante la familia está por sobre todas las cosas.
Nombre
Algo que caracteriza a la cocina argentina es la cantidad de versiones y sabores que se pueden encontrar de un mismo plato dependiendo en qué lugar del país haya sido elaborado. Es por esto que en Inmigrante no buscaron estandarizar un producto o definir qué es la cocina argentina, sino servir platos que representen la gran diversidad de sabores, donde la gente pueda descubrir, comparar y disfrutar aún más los clásicos autóctonos. Su nombre se debe a esta fusión de sabores, ya que Inmigrante hace honor a todas esas recetas que llegaron a nuestro país traídas por la oleada de inmigraciones extranjeras y que hoy en día son consideradas recetas típicas de nuestra gastronomía.
Arquitectura
Emplazado en una antigua casona que posee un estilo regional e industrial, en Inmigrante predomina el uso de la madera y el hierro. Al ingresar, los clientes se encuentran con una pequeña bodega donde podrán elegir los vinos que gusten beber, a precio de vinoteca, selección personal del Chef Leandro Di Mare. Frente a los vinos se ubican dos mesas altas de hierro y banquetas de madera, y un pequeño y confortable jardín de invierno vidriado donde está permitido fumar. Su salón principal posee mesas de madera y sillas Tholix negras, conserva sus pisos originales de madera y está iluminado por inmensas lámparas galponeras que cuelgan desde el techo. Las mesas se encuentran a una distancia cuidada unas de otras para preservar el diálogo de los comensales y así también una adecuada privacidad.
En un salón contiguo, Inmigrante dispone de una gran mesa para ocho personas resguardada por lámparas alógenas en el techo que crean una atmósfera amigable y confortable. Es en este segundo salón, donde el restaurante posee su propia grossería en la cual se elaboran conservas, chacinados, embutidos y dulces que, además de ser servidos en la mesa, se pueden adquirir por los clientes en su despensa y encargar a gusto.
Ambiente
Inmigrante está dirigido a todo tipo de público. «Si bien el restaurante está emplazado en una casona antigua de 100 años, decidimos decorarlo de manera austera porque no queríamos que diera una imagen de cantina o de un típico bodegón, y esa decisión la tomamos en base a que queríamos idear un lugar para cualquier tipo de público», definen desde el restaurante para agregar que «fue la decisión más acertada que tomamos, ya que desde que abrimos hemos recibido a todo tipo de público. En una misma noche se pueden ver grupos de seis amigos, parejas celebrando un aniversario, mesas con cochecitos de bebes y, hasta como nos pasó recientemente, recibir a un matrimonio de 90 y 93 años».
Gastronomía
La propuesta culinaria se destaca por sus generosos cortes de carne. El menú es amplio, con variadas opciones que se van renovando mes a mes. Además de carnes rojas, se pueden encontrar distintos platos de achuras, pescados, mariscos, revueltos y platos típicos a la cacerola, así como pastas caseras. Su carta despliega una variedad de opciones, cada una de ellas más interesante que la anterior.
Para comenzar, se puede optar por elegir algunos de sus Copetines (Aceitunas, anchoas marinadas, rabanito y pan frito; Salchicha parrillera, pimiento al carbón, y ensalada criolla; Longaniza, pepinillos, habas y chicharrón; o Pulpitos, papines, crema de ajo negro y pickles); Conservas (acompañadas de paté de la casa y pan casero, sobre las cuales puede optarse por cuatro variedades: Berenjenas ahumadas, Pepinos agridulces, Ajíes y ajos confitados o Lengua a la vinagreta) todas imperdibles, o Raciones al medio (Rabas a la romana, ensalada de tomate y emulsión de palta; Chinchulines, rúcula, ajo y queso parmesano; Choclo a la brasa, manteca, azúcar rubia y jalapeños; Tortilla de la bruja -en honor a la madre de Leandro Di Mare- que viene acompañada de cebollas glaseadas y chorizo colorado) ideales para compartir.
Llegando a la sección de Entrantes encontramos una variedad de platos clásicos como pueden ser el Gramajo (Huevo estrellado, papas rejilla, jamón glaseado, cebolla encurtida y criolla); Molleja (Molleja de corazón, grillada a la parrilla con limón quemado, vegetales en pickle, pera en su jugo y mandioca frita) o Chori y Provo (Chorizo de cordero a las brasas, tomate asado, sal de naranja y lima, provoleta con chimichurri estacionado, hojas de espinaca y almendras).
Dentro de los Principales se encuentran opciones como un exquisito Matambre de Cerdo, ahumado con batata y manzana al caramelo, puerro quemado y pencas de acelga al escabeche; Churrasco, de tapa de cuadril a la parrilla con morrones asados y tallarines con pesto; Ñoquis Rellenos, con ricota casera y hongos de pino, acompañados de sofrito de tomate con jugo de pollo, pecorino y nuez, y Pescado de Río, envuelto en papel manteca, ahumado, con arroz socarrado, hinojo braseado, acelga y 10 hojas de papa, servido en una fuente de hierro con astillas de manzana para ahumar.
La carta de Postres propone recrear los tradicionales de nuestro territorio como el Flan de 20 Yemas, con crema montada, dulce de leche, salsa de caramelo y garrapiñada de maní; sus increíbles Profiteroles, masa bomba rellena de crema pastelera y mousse de chocolate; o la Torta Cacho, en honor a «La Vicente López», un biscuit de vainilla, dulce de leche, crema chantilly, merengue, durazno, ananá y castañas.
Bebidas
Una particularidad a destacar es que el agua no se cobra, es mineral, se sirve en botella y se va renovando a medida que se acaba. Tampoco se cobra cubierto, por lo que el comensal sólo paga la comida y el vino que elija a precio de vinoteca.
En materia de bebidas, también hay cerveza artesanal Antílope, en cuatro variedades: Scoth, Stout, Honey e Ipa, todas elaboradas especialmente para Inmigrante. Además, posee una carta de cocktails clásicos como, por ejemplo, El Coloradito, El Pato, Cynar Julep, Amargo Obrero con Pomelo, Hesperidina con agua tónica y limón, Gin con agua tónica y pepino, Fernet con Cola y Cinzano con Soda.
Bodegas
Al ingresar al restaurante los clientes se encuentran con una pequeña cava, donde los vinos están a precio de vinoteca.
Inmigrante no posee carta de vino porque Leandro Di Mare selecciona los vinos que quiere tener en base a sus gustos personales. De esta manera, recibe bodegas que le presentan sus vinos y opta por aquellos que le parecen más ricos. También tiene mucho que ver la historia de la bodega, especialmente que sean bodegas pequeñas y con origen en Argentina. La carta de vino en Inmigrante consiste en que el cliente se acerque a la vinoteca y seleccione el vino que más le gusta, a precios de vinoteca. Se trata de etiquetas que no están en supermercados, algunas de las cuales son casi exclusivas.
Hay vinos blancos de Salta y Mendoza; vinos que se envasan en California pero son de uva mendocina; otros que también son de uva mendocina pero se traen desde Santa Fe. Sobre todo, predomina el Malbec, la uva argentina por excelencia
Negocio
«Aunque es un tanto apresurado pensar en expandir la familia de Inmigrante, obviamente aquí no se terminan los sueños, ya que existen más proyectos en camino. Uno de ellos es armar un local con cocina a la vista, donde sólo se podrá comer en la barra de la cocina; un almacén con todos los productos que se elaboran en el restaurante, algo así como ‘el almacén del inmigrante’», señalan desde el restaurante consultados por Informe sobre los proyectos a futuro.
El local tuvo gran aceptación y de hecho, fue muy bien recepcionado por los vecinos del barrio, con quienes se generó un muy lindo clima. «Nos veían laburando en la obra, manchándonos con pintura y cemento, lo cual generó un lindo clima en el barrio». En casi cuatro meses de vida, hay clientes que concurrieron más de seis veces y una persona que viajó desde Jujuy especialmente a comer al restaurante. «La gente se lleva una linda sorpresa no sólo por la comida y la ambientación, sino porque con todo el equipo intentamos transmitir que Inmigrante es la casa de todos», concluyen desde el restaurante.